Miles de voces en contra del Gobierno resonaron ayer en las principales ciudades del país, y los ecos llegaron hasta la plaza Independencia, en San Miguel de Tucumán. Allí, entre 8.000 y 10.000 tucumanos (según estimaciones de la propia Policía) marcharon, cantaron y golpearon cacerolas durante más de dos horas.
Las consignas expresadas en los carteles y banderas eran variadas ("no a la re-reelección"; "paguen el 82% móvil a los jubilados"; "basta de mentiras del Indec"; entre otras), pero tenían en común un mensaje de descontento hacia el Gobierno nacional.
Los mensajes contra el gobernador, José Alperovich, llegaron a través de cantos y gritos. Si bien hubo dirigentes y partidos opositores entre los manifestantes, pasaron casi inadvertidos en la multitud. No hubo incidentes durante la protesta. LA GACETA ©