BUENOS AIRES.- La presidenta, Cristina Fernández, cuestionó la medida de fuerza convocada por la CGT de Hugo Moyano y la CTA de Pablo Micheli, al asegurar que la de ayer "no fue una huelga, ni un paro, ni siquiera un piquete", y apuntó: "hablemos de apriete, de amenaza".
La Presidenta advirtió al sindicalismo opositor que organizó la medida de fuerza que a "a mí no me corre nadie; mucho menos con amenazas, patoteadas o matones" y "me voy a bancar lo que me tenga que bancar".
La primer mandataria puso como ejemplo de dirigente sindical a su madre, a quien definió como "delegada gremial durante 30 años" y desafió: "a ella le tocó convocar a muchas huelgas, pero jamás le tocó obligar a alguien a participar. La libertad de huelga es como todas las libertades", señaló.
Al hablar en la localidad bonaerense de San Pedro, durante el acto oficial por el Día de la Soberanía Nacional, la jefa de Estado cuestionó a "todos los dirigentes, principalmente a aquellos que dicen y quieren representar a los trabajadores" y expresó: "soy sincera de corazón, hoy no fue una huelga, ni un paro, ni siquiera un piquete".
"La voluntad de los trabajadores no puede ser dominada por nadie -enfatizó-, tiene que ser expresada con libertad como todas las libertades". A la vez reclamó "de corazón a todos los dirigentes, principalmente a aquellos que dicen representar a los trabajadores, que estén más preocupados por defender y preservar las fuentes de trabajo".
Siempre en referencia al paro, Cristina relató que vio "por televisión que el Tortoni, que no es un bar, es un museo de los argentinos, había sido atacado porque estaba abierto".
"No me extrañó, me sorprendió, y luego recordé que los que fueron a atacar al Tortoni fueron los mismos que quemaron las urnas en Catamarca", en alusión a la disputa electoral en Catamarca ocurrida en el 2003, que tuvo como protagonista al gremialista Luis Barrionuevo, en ese momento candidato a gobernador por esa provincia, y titular de la CGT Azul y Blanca, una de las convocantes a la huelga.
La jefa del Estado recordó las huelgas de otros tiempos "donde no se podía mover una mosca", dijo, y la comparó con la realizada ayer donde el bloque "fue fundamentalmente en la Capital Federal porque en el resto del país "la gente quiere laburar".
En esta parte de su mensaje, defendió el derecho de huelga que "es sagrado", afirmó, "pero también es sagrado que cada trabajador elija lo que quiere hacer". Sobre este tema pidió disculpas a "los que no pudieron volar por Aerolíneas Argentinas" a raíz del cese y recordó "los recursos que todos los argentinos hemos puesto" en la reestatización de la compañía.
Cristina respondió así a la primera huelga general de la CGT y la CTA. Los gremios reclamaron la actualización del mínimo del impuesto a las ganancias que pagan los trabajadores, un aumento en las jubilaciones y el salario mínimo, y la universalización de las asignaciones familiares.
La medida de fuerza tuvo amplia adhesión en Buenos Aires y otras ciudades, y contó además con cerca de 300 cortes de calles y accesos en diversos puntos del territorio, acciones clave que dificultaron la llegada de los trabajadores a sus empleos. (DyN)
D'elía y Berni
¿Trabajo normal?.- El ex funcionario kirchnerista Luis D'Elía remarcó que "el 70 u 80% de la clase trabajadora desarrolló su tarea normalmente", no obstante la huelga general dispuesta por las centrales opositoras CGT, CTA y Azul y Blanca. "Acabo de salir del Ministerio de Planificación Federal y el 80% de la gente fue a trabajar", ejemplificó el ex subsecretario de Tierras para el Hábitat Social y comentó que fue "a hacer un trámite a un departamento judicial en Morón y estaban trabajando normalmente". (DyN)
Hubo destrozos.- El secretario de Seguridad, Sergio Berni, denunció: "estuvimos recorriendo el microcentro, viendo los destrozos que hizo un grupo de delincuentes" . Los identificó como integrantes del gremio de gastronómicos que intimaron a todos los bares a que cierren sus puertas y que rompieron vidrieras a los que se rehusaron. "Han hecho destrozos adentro de los locales", dijo. Sin embargo, los peatones no advirtieron mayores cambios por una de las avenidas más concurridas de la Ciudad de Buenos Aires. (perfil.com)