Son una tradición: esta será la edición 39 de los corsos de Aguilares. Pero, además, generan un gran movimiento económico en la ciudad. Por eso, en la Municipalidad no quieren que vuelva a ocurrir lo que sucedió el año pasado: la violencia obligó a suspender la fiesta más importante de esta localidad del sur de la provincia.
El secretario de Gobierno de la Municipalidad, Humberto Rodríguez; la directora de Cultura, Mirta Carrizo, y el director de Turismo, Julio Villafañe, aseguraron que se le pondrá énfasis a la seguridad. "Queremos alentar a las familias para que vengan a disfrutar de este espectáculo. Por eso, se van a decomisar las bebidas que no estén autorizadas y en los acceso habrá controles con detectores de metales", adelantó Rodríguez.
Los funcionarios indicaron que también se decidió reducir la duración de la fiesta: antes se extendía durante tres fines de semana; ahora se realizará únicamente el 7, el 8, el 9 y el 10 de febrero. Además, es posible que se tomen medidas aún más estrictas. "Estamos analizando la posibilidad de que los corsos de este año sean sin alcohol", anunció el secretario de Gobierno. Si esto ocurre, en los ranchos sólo se podrá vender, además de comida, gaseosas, agua y jugos.