TOKIO.- El primer ministro de Japón, el conservador Shinzo Abe, anunció ayer su intención de modificar la actual Constitución de su país, impuesta por Estados Unidos en 1947 tras la Segunda Guerra Mundial, en particular los artículos que limitan el alcance y funciones del Ejército.
Abe, interrogado en el Parlamento sobre sus intenciones con respecto a la Carta Magna japonesa, que prohíbe al país entrar en guerra, dijo que iba "en primer lugar a modificar el artículo 96", un primer paso indispensable para eventualmente reformar luego el que consagra el pacifismo, en el artículo 9, informó la agencia de noticias Europa Press.
El artículo 96 fija las reglas para cualquier enmienda de la Constitución, elaborada durante el gobierno de ocupación estadounidense y que entró en vigor en 1947. Este artículo, precisa que las modificaciones deben ser una iniciativa de la Dieta (el Parlamento bicameral) aprobada por una mayoría de al menos dos tercios de todos los miembros de cada Cámara. No obstante, las enmiendas deben ser aprobadas luego ya sea en referendo, con una mayoría de todos los votos emitidos, o en elecciones paralelas.
Misiones de paz
El artículo 9 prohíbe que Japón tenga formalmente ejército, aunque las Fuerzas de Autodefensa funcionan en la práctica como tal e incluso participan en misiones internacionales de mantenimiento de la paz.
Exactamente el artículo 9 estipula: "aspirando sinceramente a una paz internacional basada en la justicia y el orden, el pueblo japonés renuncia para siempre a la guerra como derecho soberano de la nación, así como a la amenaza o al uso de la fuerza como medio para resolver los conflictos internacionales".
"Para alcanzar el objetivo señalado en el párrafo anterior, no se mantendrá nunca fuerzas terrestres, navales o aéreas, o otros potenciales bélicos. El derecho de beligerancia del Estado no será reconocido", agrega el texto, denunciado por círculos nacionalistas japoneses.
La cuestión del artículo 9 surge con frecuencia en el debate político japonés, ya que las relaciones de Japón con sus vecinos inmediatos, China y Corea del Sur, siguen profundamente marcadas por contenciosos históricos no resueltos.
Durante la campaña electoral que lo llevó al poder el 16 de diciembre, Abe mencionó varias veces su deseo de redefinir el concepto de "fuerzas de autodefensa", la terminología oficial, en pos de una "fuerza militar" con todas las de la ley.
El premier japonés se impuso en la contienda electoral con un discurso de firmeza ante China, país con el que mantiene un contencioso territorial y es probable que logre el apoyo de los dos tercios de la Dieta necesarios para reformar la Constitución, aunque el cambio tenga que ser sometido a referendo.
Según un estudio de la Universidad de Tokio, los japoneses se encuentran divididos (50-45 %) entre los que apoyan y los que rechazan la intención del nuevo primer ministro, de reformar la Constitución, marcando una progresiva polarización de la sociedad japonesa en este asunto. Entre quienes se oponen a una reforma está el escritor japonés Kenzaburo Oé, Premio Nobel de Literatura 1994. La preocupación del autor de "Cuadernos de Hiroshima" es compartida también por la escritora Hisae Sawachi, el constitucionalista Yasuhiro Okudaira y el filósofo Shunsuke Tsurumi, al lado de quienes fundó en 2004 una asociación en defensa del artículo 9, en el que Japón renuncia a la guerra como derecho soberano de la nación. (Télam)