Tras las pérdidas históricas en la campaña agrícola 2011-2012, en Tucumán y zonas de influencia, los productores de granos están otra vez frente a un horizonte muy complicado por las malas condiciones ambientales, manifestadas en la falta de aportes hídricos y las altas temperaturas.

La temporada está marcada por la merma de los rendimientos. El problema arrancó en diciembre, cuando la falta de precipitaciones dificultó la preparación de la siembra en torno de los barbechos y el control de malezas. De aquí en mas dependerá de cómo se comporte el ambiente, sobre todo respecto de los aportes de agua. En la Sección Granos de la Estación Experimental (Eeaoc) describieron que la escasez de agua llevó a que, en muchos casos, los suelos no estuvieran adecuadamente tratados; el control de malezas no se realizó de manera óptima, lo que posibilitó la aparición y el incremento de lotes con presencia de malezas resistentes que demandaron otra estrategia de control.

Otro motivo para la mala implantación fue la baja calidad de la semilla -proveniente de la campaña anterior-. Fue una situación general en este ciclo y se presentó como un factor adicional a los problemas enunciados. La falta de lluvias ocasionó perfiles de humedad nunca inadecuados, algo prejudicial para el comienzo de toda siembra y que hasta ahora no había sucedido. "Ni siquiera alcanzaron para arrancar, por eso, salvo en situaciones puntuales, el grueso de la siembra de granos en Tucumán y zonas de influencia se realizó en fechas tardías", explicaron desde la institución con sede en El Colmenar. La mayor parte de la siembra se efectuó en enero, cuando hubo un aporte hídrico significativo. Aún así, no fue suficiente.

También hubo problemas de control de malezas que han limitado el rendimiento de la soja, por lo cual no se alcanzará una óptima utilidad.