Durante muchos años, las enfermedades de los Pontífices fueron un secreto de Estado. "El Papa no se enferma, sólo se mete en la cama para morir", reza la antigua frase acuñada por la curia vaticana para impedir que cualquier malestar leve de un Papa echara a rodar rumores acerca de su inminente fallecimiento. El hermetismo cedió con Juan Pablo II, que no podía ocultar en público las secuelas del Parkinson que lo achacaba. No obstante, la política sigue siendo la de reserva.
Quizás por eso Jorge Mario Bergoglio siempre evitó brindar detalles de su salud. Las únicas dolencias que se le conocen fue una afección pulmonar que sufrió a los 21 años y que originó la extirpación del lóbulo superior del pulmón derecho, y la lumbalgia propia de la edad. El mismo reconoció estos males, según relatan los periodistas Francesca Ambrogetti y Sergio Rubín en el libro "El jesuita".
Y aunque la enfermedad pulmonar es la que más lo marcó porque los médicos tardaron en diagnosticarle, lo cierto es que el papa Francisco goza de una "salud de hierro", fruto de la vida austera y rigurosa que siempre ha observado, confesaron a la agencia EFE muchos de los que compartieron con él algún momento de su vida como sacerdote y obispo del barrio porteño de Flores.
"Ha estado delicado del estómago y del intestino, y tiene que guardar una dieta especial, pero ninguna de las molestias que ha tenido de salud le ha impedido hacer nada, siempre ha sido un hombre muy activo", explicó una de las feligresas de la parroquia Santa Francisca Javier Cabrini.
Según Rubín, la infección pulmonar requirió un tratamiento con sondas que le provocaba "dolores terribles". Y cuenta que fue una monja la que consiguió calmar su sufrimiento con una sencilla frase: "Con tu dolor, estás imitando a Jesús".
"Desde entonces, sobrelleva una deficiencia pulmonar que le marca un límite humano pero no lo condiciona", escribieron los periodistas. "Quisimos preguntarle pero no quería hablar de su salud. Sólo nos contó lo que ponemos en el libro sobre el tema de la pulmonía", recordó Ambrogetti al ser consultada por La Nación.
Opinan médicos tucumanos
Para conocer los motivos por los cuales le habrían quitado un segmento del pulmón y la repercusión de esta condición en la vida de Francisco, LA GACETA habló con tres neumonólogos tucumanos. "Cualquier persona, si se cuida y se vacuna contra enfermedades infecciosas, puede llevar una vida normal con un sólo pulmón", aseguraron los tres especialistas, doctores Héctor Sale, Ana María Stok y Nora Vázquez de Argiró.
El doctor Sale barajó la posibilidad de que haya sufrido tuberculosis, le dañó parte de un pulmón y hubo que operarlo para que el mal no se expanda. "En aquellos años no había bactericidas efectivos como ahora. Mi conjetura se basa en lo único que se sabe: que Bergoglio tuvo una importante infección pulmonar en su juventud. Nuestro Papa demostró sobradamente que se puede vivir con un pulmón y medio porque lleva 55 años respirando y realizando sus tareas sin problemas. Por lo tanto esta condición no le impedirá que lleve adelante su misión pastoral... Fue elegido Jefe de la Iglesia Católica ¡No maratonista!", explicó con optimismo el doctor Sale.
Basándose en el supuesto de que a Bergoglio se le habría extraído un quiste, la doctora Stok explicó que hay dos tipos de quistes que requieren cirugía: los congénitos y los adquiridos. Entre los últimos se hallan los hidatídicos (bolsas llenas de líquido) que en el pulmón se manifiesta con tos, fatiga y dolor torácico. También pueden aparecer síntomas por compresión de órganos vecinos. Los congénitos -quistes broncogénicos- suelen ser chiquitos y van creciendo con la edad o a raíz de alguna infección, como neumonía. "Se los detecta con una simple radiografía y se operan cuando están de gran tamaño para evitar que comprima el pulmón adyacente. Si este fue el caso del papa Francisco, el quiste estuvo localizado en la parte superior del pulmón derecho y se explica por qué le practicaron la lobectomía de ese segmento", detalló la especialista.
Ley de la compensación
Stok transmitió seguridad a la grey católica al afirmar: "la naturaleza es sabia: cuando se extrae una parte de un pulmón, el resto comienza a expandirse, ocupa el lugar del lóbulo que se sacó compensando así hasta su función. ¡Tenemos un Papa sano...!", auguró.
Vázquez de Argiró también fue positiva en su análisis. Coincidió con los dichos de Sale y Stok. "Sea cual haya sido el motivo de la cirugía pulmonar, lo cierto es que hace más de medio siglo que el ahora Sumo Pontífice de los católicos vive perfectamente con un pulmón y medio. Mientras no fume o esté en contacto con sustancias tóxicas y se vacune todos los años contra la gripe y la neumonía puede seguir viviendo normalmente, sin más problemas que los que tiene cualquier persona normal , sintetizó la profesora de Neumonología de la UNT.