Llegar a los márgenes y darle lugar a la mujer

Sin miedos, las religiosas de la Congregación de las Hermanas Esclavas hablan del Papa -al que admiran- y de las deudas de la Iglesia

EN EL JARDIN. María Marta, Rita, Gabriela, Susana y Patricia (que llegó para la foto) LA GACETA / FOTO DE NORA LIA JABIF EN EL JARDIN. María Marta, Rita, Gabriela, Susana y Patricia (que llegó para la foto) LA GACETA / FOTO DE NORA LIA JABIF
17 Marzo 2013
Cuando se ingresa al hogar san José, de la congregación de las Hermanas Esclavas, a metros de la plaza Belgrano, en el corazón de lo que fue "la Ciudadela" belgraniana, hay nenas jugando y dibujando, acompañadas de sus madres y de Melina, una de las psicopedagogas que ayudan a contener a niños en situación de vulnerabilidad. Con una de esas nenas está jugando la hermana Gabriela (35 años), cuando LA GACETA llega a interrumpirles la rutina a ella y a las otras tres religiosas que, con toda la apertura, accederán a hablar del Papa Francisco, al que han conocido. Y del rumbo que, estiman, podrá tomar la Iglesia en esta nueva etapa.

La charla con Gabriela, con Rita, con la madre Marita Barrionuevo y con la hermana Susana, transcurre en un salón espacioso, iluminado, alrededor de una mesa en la que descansa un ejemplar del día de LA GACETA. En un rincón, un par de guitarras. Afuera se dejan ver un jardincito bien cuidado y una pileta de natación de fibra.

¿Qué sintieron cuando conocieron que Bergoglio había sido elegido Papa?. "Mucha emoción, lágrimas, porque es una persona cercana, un pastor que siempre ha marcado un rumbo en Argentina, y un testimonio consagrado; es jesuita, tiene una vida religiosa con votos", afirma la madre Marita, responsable de las Hermanas Esclavas, del colegio y del Hogar.

"A mí me ha conmovido mucho: me han encantado tres cosas", se suma la hermana Rita, con su tonada cordobesa y sus brackets. Y pasa a enumerar: "primero, la referencia a Benedicto; segundo: que él primero le pide al pueblo la bendición, lo que muestra que es un hombre de la gente; tercero, es la primera vez que veo sonreír a los cardenales, nunca los había visto sonreír. Es un hombre que está siguiendo la misión de Jesús. Y eso me encanta, porque es lo que la iglesia necesita hoy".

- Ahora, ¿qué cambios esperan de la Iglesia?
Madre Marita: Lo que distingue a nuestro Papa es este camino de sencillez, de pobreza, de austeridad, siempre se ha caracterizado por eso, yo les decía a las chicas que la coherencia de vida de él siempre ha sido impecable; yo tengo 30 años de vida religiosa, y ese es el camino que esperamos en la Iglesia, el camino de Jesús, la vuelta a Jesús, al Evangelio. Francisco siempre ha tenido claridad en que existe la pobreza sociológica, la material, y la espiritual.

-¿Cuáles son los desafíos para la Iglesia en esta nueva etapa?
-Uno de los desafíos de la Iglesia es poder concretar el Concilio Vaticano II. Y es lo que nuestro papa Francisco ha intentado hacer, en Buenos Aires y en la Iglesia argentina; y es lo que va a tratar de hacer; por supuesto que con los tiempos de la Iglesia...no va a ser una revolución. (Madre Marita) 

- Puntualicen por lo menos dos temas para esa agenda...
- Para mí hay dos cosas clave; una es lo que nuestro Papa dijo esto de llegar a los márgenes, a aquellos lugares adonde la Iglesia no ha llegado todavía; y otra cosa más personal es esto de la mujer en la iglesia. No estoy hablando de dar misa; que puede llegar a ser; aunque no es excluyente; pero sí que la mujer tenga otro protagonismo. Personalmente creo que en la Argentina, la mujer es la que sostiene a la iglesia. En el norte hay más varones, pero tenemos colegios en casi todo el país, y hay un vacío de varones. Y están loss ministerios eclesiales, el de la eucaristía es el más conocido; pero hay otros ministerios que podrían estar a cargo de una mujer, animando en la iglesia. Son ministerios litúrgicos, que se hacen en función del servicio que se necesita en la Iglesia. Por ejemplo, el ministerio de la Educación católica es un servicio; la mujer podría acceder a ese tipo de ministerio (Madre Marita). 

- ¿Usted no descarta dar misa?
(Se ríe). De acá a la Iglesia del siglo XXII...pero no lo descarto, no me parece contradictorio con la doctrina, pero lo respeto.

- De hecho, en la época de Pablo había mujeres diaconisas, que daban misa. Pero el cambio viene más desde lo interior, por ahí la gente espera muchos cambios en doctrina, pero los cambios más profundos van a venir de lo interior; por ejemplo, el gesto del Papa, que pide que lo bendigamos, son cambios que uno ve que pueden ir más a lo profundo (Gabriela)

-¿Qué otros temas?
- La inclusión de las personas que se sienten marginadas de la Iglesia. Por ejemplo, aquellas personas que se vuelven a casar. Bergoglio siempre ha tenido gestos; iba a celebrar en la pla za con aquellos supuestamente marginados de la sociedad. Esta actitud inclusiva, en cuanto a la moral, la Iglesia lo sostiene como verdad. Pero el gesto de la caridad es lo que tenemos que tener con todos, y el Papa lo ha demostrado.

- Madre Marita y Hermana Rita, ustedes conocieron al Papa...
- Fue para el encuentro Nacional de sacerdotes de 2010, en Brochero: nos llaman de Buenos Aires diciendo que Bergoglio había llamado buscando alojamiento en nuestra casa. Le decimos que sí; que por supuesto. Corto y me voy a la parroquia, y veo que la estaban retando a la secretaria. Ella lo había atendido en el teléfono, y él se había presentado como el padre Jorge. La secretaria le dice: pero vos, padre, vos no estás inscripto. ¿Qué apellido tenías? Bergoglio, le responde del otro lado de la línea. No estaba inscripto, porque era el disertante principal, y su apellido estaba en carteles, por todos lados. De todos modos, ella le explica bien cómo llegar. Y cuando llega Bergoglio a Brochero, lo primero que quería era conocer a la secretaria. Y fue y se sacó una foto con ella, porque lo había atendido tan bien.

-¿Qué otra sorpresa puede deparar Francisco?
- El ha marcado una línea a nivel de la educación católica. Lo hacía para la arquidiócesis de Buenos Aires, pero todos lo aprovechábamos; daba orientaciones para la educación haciendo hincapié en la inclusión; él suele hablar de los hijos huérfanos de padres vivos, que es una frase de Juan Pablo II, de aquellos hijos de padres ausentes. La educación ha sido su preocupación, él tiene una propuesta de una escuela samaritana, con todas las características de la Parábola del Buen Samaritano; de niños y adolescentes que llegan heridos, y de cómo la escuela los va reparando.

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