La semana pasada se publicaron los resultados de la campaña de soja, en particular la 2012/13, con resultados realmente nefastos para el sector, y que fueron consecuencia de las extremas y adversas condiciones climáticas. Esto hizo que el ciclo finalizara con un rendimiento promedio de 1.400 kg/ha. Esto significa una pérdida del 57% en comparación con los rindes promedios de la provincia en las últimas campañas con buenas lluvias, que fue de 3.200 kg/ha.
Por otro lado, los técnicos de la Sección Economía de la Eeaoc también desarrollaron un estudio de comparación de los gastos de producción, margen bruto y puntos de equilibrio de las últimas tres campañas.
Al analizar el gasto de barbecho a cosecha en el trienio 2010/11-2012/13, se observa un incremento del 12% -si bien hubo subas en todos los rubros- en el gasto de control de insectos, que es el que más creció. Los "rendimientos de indiferencia" se ubicaron por arriba del rendimiento promedio de las últimas dos campañas, lo que indica que los márgenes de producción fueron negativos en 2012 y en 2013.
La jefa de la Sección Economía y Estadísticas de la Eeaoc, Daniela Pérez, señaló que para realizar este informe el cálculo de gastos se hizo sobre la base de un planteo técnico para la zona considerando la información de productores, informantes calificados del sector y las sugerencias de los técnicos de la Sección Granos.
Se relevaron los precios de insumos y servicios de contratistas (siembra, aplicaciones y cosecha) de las ultimas campañas, explicó Pérez. Además, para los cálculos de gastos de comercialización e ingresos brutos se trabajó con el rinde promedio de soja para Tucumán en cada campaña. El precio en las determinaciones corresponde al promedio de abril de cada ciclo, en el puerto de Rosario.
Respecto del aumento del gasto, Pérez indicó que si bien crecieron casi todos los rubros, el de insecticidas fue el más destacado (61%). Estuvo más influenciado por el cambio de producto que en su valor.
La aparición de plagas como Pseudoplusia, Rhyssomatus subtilis, Helicoverpa geolotopoeon llevaron al uso de productos como los IGR (reguladores de crecimiento de los insectos), los neonicotinoides y las diamidas, que son más específicos y costosos.
Dentro del análisis, el gasto en herbicidas es el segundo rubro en crecimiento (49% en el trienio), por el mayor precio del glifosato en la última campaña. "En este ejercicio se analiza el control en campos sin malezas resistentes, que es la más frecuente en Tucumán y en zonas de influencia", indicó Pérez. En campos con malezas resistentes, el gasto puede haberse incrementado en más del 100%, agregó.
En cuanto al gasto en siembra, aplicaciones y cosecha en conjunto, la especialista afirma que creció un 5,4%. Este porcentaje que se percibe como bajo, se debe a que mientras los gastos en siembra y aplicaciones crecieron más del 23%, el valor de la cosecha fue decreciente. El precio de cosecha cobrado por contratistas en las dos últimas campañas no refleja la suba en sus costos: gasoil y lubricantes, mano de obra, reparaciones y amortizaciones de maquinaria, ya que la caída de la producción no permitió absorber la oferta del servicio.
Con los gastos determinados y considerando el precio promedio de abril en cada campaña, el margen bruto de soja en Tucumán solo resultó positivo en el ciclo 2010/11, y muestra una significativa caída en las dos últimas campañas con resultados negativos, que se incrementan sustancialmente en el caso de tierras arrendadas.
Esos resultados negativos pueden verse a través de otro indicador muy usado por los productores, como es el rendimiento de indiferencia, que son las toneladas de soja necesarias para cubrir el gasto directo considerando un determinado nivel de precios y gastos.
En la campaña 2011/12, el rinde de indiferencia se ubicó por arriba de 1,25 t/ha, para la producción en campo propio, y por arriba de 1,99 t/ha, en arriendos. En 2012/13, los valores ascendieron a 1,45 t/ha, en tierra propia y 2,03 en arriendos. En tanto, el rendimiento promedio de soja de la provincia fue de 1,23 t/ha, en 2012, y se estima en 1,4 t/ha, para 2013.
Esto indica que en las dos últimas campañas los rindes de indiferencia fueron superiores al promedio provincial, situación que implica que la mayoría de los productores acumulan dos campañas en las que no han podido cubrir los gastos directos.
Finalmente, Pérez indicó que a estos dos años de pérdida en el cultivo de soja hay que sumar la imposibilidad de la siembra en invierno de 2013 (por la sequía), de modo que para muchos productores sea imposible encarar la inversión que requerirá la campaña 2013/14.