PYONGYANG/SEÚL.- Las dos Coreas celebraron ayer el 60 aniversario del armisticio, pese a que nunca se firmó un tratado definitivo de paz y se encuentran en estado de guerra técnica. El 27 de julio de 1953 terminó un conflicto de tres años, de la que participaron Estados Unidos y China y otros 20 países, y que dejó tres millones de muertos y una división territorial en la península, en medio de la tensión de la guerra fría.
Corea del Norte mostró ayer, con un gran desfile de miles de soldados y equipamiento en Pyongyang, el músculo de su Ejército y sus últimas adquisiciones en armamento. El presidente, Kim Jong-un, fue acompañado por el vicepresidente de China, su tradicional aliado, Li Yuanchao. El discurso estuvo a cargo del jefe del Ejército Popular, Choe Ryong-hae, quien afirmó que su país debe estar preparado para la guerra en todo momento, pero destacó la necesidad de un entorno pacífico para el crecimiento económico.
Corea del Sur celebró la fecha de una forma menos ostentosa, con un acto en honor del sacrificio de sus soldados y de las fuerzas internacionales que combatieron tras la invasión del paralelo 38. La presidenta, Park Geun-hye, prometió que no tolerará provocaciones, pero manifestó su deseo de construir confianza con su vecino. "Le pido que renuncie al desarrollo de armas nucleares para comenzar un camino hacia el verdadero cambio y el progreso. Si elige bien, ampliaremos los intercambios y la cooperación con el norte", sostuvo.
En Washington, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, conmemoró el fin de las hostilidades con la promesa de no "olvidar jamás" un conflicto que calificó de una "victoria" para su país y sus aliados. Agregó que los veteranos de esa contienda "se merecen algo mejor" que el recuerdo que se les brinda, por sus "hechos brillantes" en un enfrentamiento bélico especialmente duro de la llamada guerra olvidada. (DPA-Télam)