Segundos después de la entrada en calor, en la cancha central del complejo de Ojo de Agua se forma un círculo humano. Dentro del mismo hay una especie de ombligo formado por la humanidad de Gonzalo Bazán, el recién llegado. Palabras más, palabras menos, el ex carrilero de San Lorenzo e Instituto cobró de lo lindo. Capotón furioso de regalo recibió gonzalito de parte de sus nuevos compañeros de club.
"Sí, sí, me dieron duro, ja", confiesa, y al toque explica qué es lo importante de una buena bienvenida como la que le regalaron a él. "Eso es lo importante, que te reciban así. Habla bien del grupo". No es una ironía lo que dice Bazán. Su idea apunta a la unión que tiene el plantel con mayoría de comensales nuevos. "Se nota que hay buenas personas, que están unidas. Esa unión hará que después podamos hacer la diferencia en el torneo". Quedó claro, ¿no? A diferencia de otros colegas, el volante venía con kilómetros de pretemporada. "Hasta hace dos días estuve trabajando en San Lorenzo. Después terminó por darse todo acá y me vine", dice quien buscará un lugar entre los 18 que el sábado al mediodía viajarán a Jujuy, donde el domingo por la fecha 1 de la B Nacional visitará a Gimnasia.
"Vengo a dejar todo, a dar lo mejor de mí. Quiero hacer un buen torneo, eso es lo que más quiero", revela tras un paso agridulce por la "gloria" cordobesa. De haber estado casi en Primera hace un par de temporadas y no concretarlo, Instituto deambuló en el fondo de la tabla el torneo anterior.
¿Qué tiene Bazán para ofrecerle al hincha? "Mi fuerte es encarar y desbordar. Teniendo una buena base física, podré hacerlo. El día a día me lo dará", asegura el carrilero, feliz por el bautismo recibido y por haberse hecho "Decano".