WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, canceló el encuentro bilateral previsto para septiembre con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, por el asilo temporal otorgado al ex espía norteamericano, Edward Snowden, quien develó el programa de espionaje mundial de su país sobre comunicaciones telefónicas y por Internet.
El anuncio fue efectuado ayer por la Casa Blanca, en un comunicado en el que se califica de "decepcionante la decisión de Rusia" sobre Snowden. Si bien se mencionó que se valoraban los "logros alcanzados" entre ambos países, se citó que "no hay suficiente progreso reciente en la agenda bilateral" en temas "como la defensa con misiles y el control de armas, las relaciones comerciales, los temas de seguridad global y de derechos humanos y de la sociedad civil".
Desde Moscú, el asesor de política exterior de Putin, Juri Ushakov, también habló de decepción por la reunión frustrada, y aseguró que es una demostración de que EEUU no está dispuesto a desarrollar relaciones en pie de igualdad.
No obstante, Obama viajará a la cumbre del G-20 que se celebrará el próximo mes en San Petersburgo por la importancia de la reunión de los líderes económicos del planeta, según confirmó el propio mandatario en declaraciones formuladas en el programa de televisión The Tonight Show, conducido por Jay Leno y que se vio completo anoche por la señal NBC.
"Hay momentos en los que ellos (los rusos) vuelven a caer en el pensamiento y la mentalidad de la Guerra Fría. Lo que les decimos a ellos y al presidente Putin es que eso es el pasado y que tenemos que pensar en el futuro", afirmó el Presidente en la entrevista de Leno.
Obama insistió con el pedido de extradición de Snowden y refutó su denuncia. "Nosotros hubiésemos intentado cooperar en el caso de un presunto delincuente. No tenemos un programa interno de espionaje, sino ciertos mecanismos donde podemos seguir un número telefónico o una dirección de correo electrónico que sabemos están conectados con cierto tipo de amenaza terrorista", dijo.
Obama justificó que EEUU haya lanzado una alarma mundial por posibles atentados de Al Qaeda, y defendió su decisión de haber tomado "todas las precauciones", incluyendo el cierre masivo de embajadas en Cercano Oriente y el norte de África y el retiro de ciudadanos de Yemen (medida imitada por Gran Bretaña), tras haber interceptado comunicaciones entre sus principales referentes.
Washington teme un ataque de Al Qaeda en la Península Arábiga, desplegada especialmente en ese país y conducida por Nasser al Wuhayshi.
"Vimos una amenaza lo suficientemente específica. Todavía está ahí fuera y tenemos que estar al tanto de eso", afirmó. Instó a los estadounidenses a ser "prudentes" con los viajes que hagan, pero no especificó cuáles son los países de mayor riesgo. "Los terroristas dependen de que nosotros nos dejemos atemorizar, pero nosotros seguimos con nuestras vidas", aseguró.
Sin embargo, relativizó la alerta: "las probabilidades de morir en un ataque terrorista son mucho más bajas que las de morir en un accidente de auto".
En tanto, Francia anunció que reabrirá el lunes su embajada en Yemen, y limitará el personal diplomático al mínimo indispensable para la atención de la sede. (Télam-DPA-Reuters)