DAMASCO/ESTAMBUL/NUEVA YORK.- El gobierno de Siria prometió ayer, sorpresivamente, que los inspectores de la ONU tendrán acceso a los pueblos que el miércoles pasado fueron bombardeados, al parecer con armas químicas, informó la agencia estatal de noticias Sana citando al Ministerio del Exterior.
Un acuerdo en ese sentido fue alcanzado por la alta representante de Naciones Unidas para el desarme, Angela Kane, en una reunión en Damasco con el ministro sirio de Relaciones Exteriores, Walid al Muallim. Un portavoz de la ONU en Nueva York aseguró que los inspectores comenzarán hoy su trabajo de investigación.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Siria emitió una declaración diciendo que Al Muallim había afirmado al término de su entrevista con Kane que "Siria está dispuesta a cooperar con los inspectores en esta investigación para desenmascarar las mentiras de los terroristas cuando afirman que las tropas de gobierno habían usado sustancias bélicas en Al Ghuta Al Sharkiya".
Los medios estatales sirios difundieron hoy fotos y explicaciones del Ejército para demostrar que fueron los rebeldes a las afueras de Damasco los que usaron el gas tóxico.
El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Mohammed Yawad Sarif, también sostuvo, en una conversación telefónica con su homóloga italiana, Emma Bonino, que fueron los insurgentes los que emplearon el gas tóxico. Sarif dijo: "el gobierno sirio nos ha asegurado que jamás empleó esas armas".
El vicecomandante de la Fuerza Aérea iraní, Massud Yayeri, advirtió a Estados Unidos contra cualquier intervención. "Estados Unidos sabe cuál es la línea roja que no se puede traspasar en Siria. Si se cruza esa línea, tendrá consecuencias graves para la Casa Blanca", advirtió Yayeri.
La situación de seguridad en la zona donde se produjo el ataque es muy mala. La oposición señaló el sábado que por su parte garantizaría la seguridad de los expertos de la ONU en el área de los rebeldes. Ayer llegaron al campamento Bab al Salama, en la frontera con Turquía, cientos de desplazados, que relataron que habían abandonado sus casas por temor a nuevos ataques con gas venenoso.
El presidente de EEUU, Barack Obama, habló ayer por teléfono con su colega francés, François Hollande, sobre la situación en Siria. En la conversación telefónica, los dos políticos manifestaron "gran preocupación" por los informes según los cuales el gobierno sirio utilizó armas químicas. Además, ambos presidentes analizaron "posibles respuestas" de la comunidad internacional y acordaron seguir consultando estrechamente. Obama habló con el primer ministro británico, David Cameron, y Hollande con la canciller alemana, Angela Merkel y con el jefe de gobierno australiano, Kevin Rudd. (DPA)