NUEVA YORK/MOSCÚ.- El Consejo de Seguridad (CS) de Naciones Unidas y el secretario general de la organización, Ban Ki-moon, acordaron trabajar para convocar en noviembre a una reunión internacional para la paz en Siria en Ginebra, tras dos años y medio de guerra civil.
"Esa conferencia debe dar inicio al diálogo intersirio con el fin de esclarecer el futuro orden en el país" árabe y la conformación de un Gobierno de transición integrado por todas las partes en conflicto, explicó la Cancillería rusa en un comunicado.
El anuncio se concretó ayer, luego de que el CS aprobó por unanimidad y en sólo tres minutos, la resolución sobre la destrucción total del arsenal químico de Siria, documento que Rusia interpretó como "la apertura de la vía para reavivar los esfuerzos para un arreglo político".
El representante de la ONU y de la Liga Árabe para Siria, Lahdar Brahimi, será el encargado de avanzar con los contactos preliminares, para asegurarse de que participen las distintas fracciones opuestas a Bashar Al Assad. La tarea no será fácil, ya que la oposición siria criticó el documento de la ONU porque no estipula que sean castigados los culpables de lanzar gas venenoso. Además, el rebelde Ejército Libre Sirio (ELS), uno de los grupos armados más importantes, puso como condición para concurrir el recibir antes armas del exterior. Tampoco asistirían las brigadas vinculadas con Al Qaeda (como el Frente Al Nusra y el grupo Ahrar al Sham), que cada vez crecen más en el terreno.
Un punto de fricción entre Rusia y EEUU es la posible participación de Irán (aliado de Al Assad) en la cumbre mundial, rechazada por la Casa Blanca y por la oposición siria.
Moscú considera, en silencio, como un triunfo que la resolución aprobada que exige a Damasco la entrega de su arsenal químico, no contemple automáticamente el uso de la fuerza contra Damasco en caso de incumplimiento. Si bien hace referencia al capítulo VII de la Carta de la ONU, que contempla medidas de acción directa, deberán ser definidas en un nuevo pronunciamiento.
Más allá de las diferencias, todos están satisfechos y hasta aliviados. "Hemos recuperado nuestra responsabilidad de defender a los indefensos", afirmó el canciller norteamericano John Kerry, mientras que su par ruso, Serguei Lavrov, destacó que ahora está "la base para superar la crisis", y reclamó que se garantice que ningún grupo insurgente acceda a armas químicas.
Combates en la frontera
"Saludamos este paso histórico, pero no podemos olvidar que el terror de las bombas y los tanques, las granadas y los fusiles continúa en Siria", alertó Ban.
Efectivamente, la sangrienta lucha continúa. Combatientes rebeldes, incluyendo a fanatizados islamistas extranjeros, tomaron ayer un puesto militar en Deraa, en la frontera sur con Jordania, tras cuatro días de duros enfrentamientos con el Ejército leal a Al Assad.
A su vez, los expertos de la ONU en armas químicas y biológicas tratarán de concluir mañana el relevamiento de nuevos datos en áreas donde se denunciaron ataques con esos arsenales, para emitir un informe final en octubre. Su trabajo abarca siete zonas, tanto de la capital como del interior. (Télam-DPA-Reuters)