WASHINGTON.- El presidente de EEUU, Barack Obama, dijo ayer que el pulso político que mantuvo al gobierno cerrado durante dos semanas y al país al borde del default, ha hecho un gran "daño", tanto a la "credibilidad" norteamericana como a la economía nacional. Además, llamó a la conciliación de los partidos y las políticas.
"Probablemente nada ha hecho más daño a la credibilidad de Estados Unidos en el mundo, a nuestra posición ante otros países, que el espectáculo de estas últimas semanas", dijo Obama en un discurso en la Casa Blanca, pronunciado pocas horas después de que un acuerdo in extremis del Congreso permitiera la reapertura del gobierno norteamericano y elevar temporalmente el techo de la deuda.
Según el mandatario, a nivel internacional el impasse que vivió su país en las últimas semanas "ha alentado a los enemigos, ha envalentonado a nuestra competencia y ha deprimido a nuestros amigos que buscan en nosotros un liderazgo estable".
Obama añadió que a nivel interno, la economía del país ha sufrido sensiblemente. "A la par, los ciudadanos están totalmente hartos de sus políticos en Washington", subrayó. "Aquí no hay ganadores", zanjó.
"Estas últimas semanas han provocado un daño totalmente innecesario a nuestra economía", criticó el mandatario.
Con todo, Obama se mostró confiado en que el país recuperará su posición y sabrá también defender en el futuro su estatus como referente político y económico, aunque subrayó que para ello los partidos en Washington deben aprender la lección y no volver a poner en duda la "palabra" estadounidense, evitando nuevas crisis políticas como la recién superada.
"Nos recuperaremos, siempre lo hacemos. Estados Unidos es el fundamento de la economía mundial por una razón: somos la nación indispensable a la que el resto del mundo mira como el lugar más seguro y fiable para invertir", sostuvo.
"Nos hemos ganado esta responsabilidad durante más de dos siglos (...) porque mantenemos nuestra palabra y cumplimos nuestras obligaciones; eso es lo que significa total confianza y crédito completo, que pueden contar con nosotros", subrayó.
"Y hoy quiero que nuestra gente, nuestras empresas y el resto del mundo sepan que la total confianza y crédito en Estados Unidos sigue siendo incuestionable", agregó.
Según Obama, hay tres prioridades para el gobierno: lograr un presupuesto equilibrado a largo plazo, aprobar por fin, antes de fin de año, una reforma migratoria y, también, una ley agraria pendiente.
"No hay una buena razón por la que no podamos gobernar de forma responsable pese a nuestras diferencias, sin ir dando tumbos de crisis manufacturada en crisis manufacturada", manifestó. "Venimos de partidos diferentes, pero ante todo somos estadounidenses. Por eso, el desacuerdo no debe significar disfunción. No puede degenerar en odio", apeló.
Obama enfatizó tamibén: "tras el fin de la crisis, debemos dejar de fijarnos en los 'lobbistas', los blogueros, en los comentaristas de la radio y en los activistas profesionales que se benefician de los conflictos, para concentrarnos en lo que la mayoría de los estadounidenses quiere que hagamos, que es hacer crecer nuestra economía, crear buenos empleos, reforzar la clase media, educar a nuestros hijos y poner los fundamentos de una prosperidad de base amplia", sostuvo.
Por otro lado, la bolsa de Nueva York cerró ayer con un nuevo récord del selectivo S&P 500, en un 0,66%, aunque el Dow Jones ha bajado un 0,02%. El Nasdaq aumentó 0,62%. (DPA)