"Estoy agradecido a la vida y a los médicos, porque volví a nacer. Pero les aseguro que entre tres pinchazos y un trasplante, no lo dudo", dijo Ramón, que debió recibir un trasplante hepático como consecuencia de una hepatitis B.
El testimonio de este hombre, reproducido por la agencia Télam, fue presentado como un ejemplo de la importancia de vacunarse contra la hepatitis B. El Ministerio de Salud de la Nación convocó a la población a inmunizarse contra este mal. "Es una enfermedad viral que en su forma aguda puede provocar la muerte o la necesidad de trasplante; y en forma crónica puede llevar a la cirrosis hepática o causar cáncer de hígado", advirtió Pedro Cahn, presidente de la Fundación Huésped y jefe de Infectología del Hospital Fernández de Buenos Aires. El virus se transmite principalmente por contacto sexual no protegido (sin preservativo), de madre a hijo durante el embarazo o el parto, por compartir jeringas o por material contaminado de sangre. Pero hay una vacuna que protege, y es gratuita.
Sin necesidad de receta
"Todos estamos expuestos a la hepatitis B, y sus consecuencias son muy graves, por lo que es importante que la comunidad reclame esta vacuna: puede hacerlo en cualquier vacunatorio público sin necesidad de receta", señaló Carla Vizzotti, responsable del Programa Nacional de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles del Ministerio de Salud, informó Télam.
Sandra Tirado, directora de Programa Integrado de Salud del Siprosa, resaltó ante LA GACETA la importancia de la prevención y destacó que en Tucumán la vacuna está disponible en todos los CAPS. Se administra en tres dosis: la segunda un mes después de la primera y la tercera a los seis meses. "En caso de tener una sola dosis -aclaró Tirado- se pueden aplicar las otras dos aunque haya pasado más de un mes. Y si uno no recuerda si se dio o no la vacuna se puede aplicar las tres dosis. Lo importante es que para completar la inmunidad se requieren las tres".
En la Argentina la hepatitis B es la principal causa de falla hepática fulminante y provoca la necesidad de realizar al menos 12 trasplantes por año. Y si bien se ha logrado una prevalencia baja (menos del 2%), los nuevos casos se concentran entre las personas de 25 y 35 años. Además, según Cahn, ha comenzado a observarse gran cantidad de nuevos casos en mayores de 50. "Es consecuencia de la prolongación de la vida sexual y de que los mayores no se sienten en riesgo. Además, los médicos suelen buscar otro tipo de enfermedades en lugar de estas", añadió.
Desde 2000 la vacuna es obligatoria para el recién nacido; desde 2001, para los preadolescentes y en 2009 se incorporó a la cuádruple, conformándose la quíntuple. "Así teníamos cubiertos casi todos los menores de 20 años; pero como los mayores seguían expuestos, en 2012 incorporamos la vacuna para toda la población", detalló Vizzotti.