El cura Justo José Ilaraz que está acusado de haber abusado de unos 50 menores -entre 1984 y 1992- cuando estaba a cargo del Seminario Arquidiocesano de Paraná, en Entre Ríos, otorgó una controvertida entrevista, que publicó ayer el periódico porteño “Perfil”, en la que afirmó que el abuso -la misma causa por la que está procesado- es un delito aberrante.
Ilaraz vive en Tucumán desde 1997 y era párroco en Monteros cuando estalló el escándalo por el presunto abuso de los 50 menores, que tenían entre 13 y 15 años, y que afirmaron en un informe periodístico que el sacerdote se les metía en la cama, los acariciaba, los masturbaba y los obligaba a bañarse con él. A pesar de estas acusaciones en su contra, el cura sostuvo en la entrevista que le otorgó al medio porteño que él es inocente. Así, el imputado rompió el hermético silencio que mantuvo desde que transcendió el escándalo.
En la entrevista el sacerdote también habló sobre su responsabilidad en los hechos por los que está acusado. “Es tremendo lo que armaron estos tipos. Desde que el seminario era un campo de concentración, que comían comida en mal estado, que no tenían libertad, que había todo tipo de práctica personal y comunitaria de abusos repetidos y corrupción a cielo abierto. Es impensable que alguien pueda creer en algo de todo esto, y que haya habido tanta impunidad. Fui reconocido y apreciado por muchísimos seminaristas en los años vividos en el seminario como en los posteriores a mi partida del mismo. El perfil de un pedófilo, dice la ciencia, se lo reconoce en sus hechos y perdura en el tiempo. O sea, no se cura”, afirmó Ilaraz.
Luego, cuando le preguntaron cuál era su opinión acerca del abuso de menores, dio la respuesta que se convirtió en titular de los medios de todo el país. “Cualquier tipo de abuso es una aberración. Pero mucho más cuando hablamos de menores y más aún cuando nos referimos a un educador o a un religioso. Ninguno, en sus cabales normales, podrá decir una cosa contraria. Es un delito aberrante”, respondió.
El reportaje de Ilaraz se realizó vía mail porque, según explicó Jorge Muñoz, su abogado defensor, el sacerdote quería evitar “el acoso periodístico”. De esta manera el periodista que realizó la entrevista para “Perfil” no tuvo la oportunidad de volver a indagar al cura sobre las respuestas que fue dando.
Una de las preguntas que le enviaron a su mail lo indagaba acerca de su inocencia o culpabilidad en este caso. Ilaraz contestó: “el año pasado una mujer me dijo: ‘padre usted no tiene que defender su inocencia. Son sus obras y sus años de servicio sacerdotal que atestiguan por usted’. Esta frase me llenó de consuelo y fortaleza. Pero para que quede muy claro, soy inocente. Además mis abogados se encargaron de repetirlo desde el primer momento. Ni la Justicia ha tenido pruebas para incriminarme; ni los casi 30 testigos que pasaron por el juzgado dijeron algo desfavorable”, concluyó.