En los últimos días, en las redes sociales proliferan las campañas en contra de la pirotecnia y en favor de proteger a los animales domésticos del daño que les causa.

“Es imposible erradicar la pirotecnia porque la gente prioriza la diversión propia y no se interesa por las mascotas, o no está debidamente informada de cuánto pueden sufrir como consecuencia de los cohetes”, señaló el veterinario Juan Carlos Rébora. “Perros y gatos tienen una mayor sensibilidad auditiva que el humano y por eso perciben el estruendo con mucha intensidad”, advirtió.

La capacidad auditiva de los perros (60.000 ciclos por segundo) se diferencia de la del humano (20.000 ciclos por segundo) por su gran aptitud para captar sonidos a altas frecuencias. Pueden captar grandes densidades de ondas por segundo, gracias a lo cual perciben sonidos como los emitidos por los murciélagos y las ratas, que para el hombre son imperceptibles.

Rébora hizo varias recomendaciones para tener en cuenta:

1) Asegurarles abundante agua fresca.

2) Si la celebración es en casa, dejar que el animal esté cerca del amo a la hora de los cohetes. Si es necesario, para tranquilizarlo, protegerlo en los brazos y hablarle suavemente.

3) Si el animal queda solo en casa, dejarlo en un ámbito cerrado, si fuera posible con aire acondicionado y música a volumen normal para que disimule los estruendos.

4) A las mascotas que lo toleren, ponerles tapones de algodón en los oídos.

5) No dejarlos encerrados en habitaciones con puertas o ventanas de vidrio porque pueden romperlas y lastimarse.

6) No atarlos porque se desesperan más; los perros pueden empezar a girar y sufrir riesgo de ahorcamiento.

6) Muchos se pierden porque se obnubilan, se desubican o huyen, por eso es recomendable que tengan collar identificatorio.

7) No sobrealimentarlos si se les va a administrar tranquilizante.

8) Los sedantes vienen en gotas, en comprimidos o inyectables. Sí o sí, consultar al veterinario sobre forma de administración y dosis.

8) A los gatos caseros se les puede dar sedante en gotas. Con los no apegados hay que tener cuidado porque sedados pierden reflejos para circular en altura y pueden sufrir caídas graves.