“La figura de Serrat ilumina estas casi cinco décadas de música popular como la de los grandes creadores que han ayudado a cambiar la sensibilidad de su tiempo y su sociedad. Un cantante y autor, a la vez, culto y popular”. Con estas líneas, el diario español El País celebró ayer los 70 años de Joan Manuel Serrat.
Este músico catalán desafió al régimen del dictador español Francisco Franco; pagó en carne propia las consecuencias -lo censuraron en radio y televisión de España, y se tuvo que exiliar en México-, pero siempre se mantuvo fiel a sus ideales.
Con sus canciones, con su poesía, conquistó a los argentinos casi desde los inicios de su carrera. Si en los 70, sus fanáticos entonaban “Para la libertad, sangro, lucho y pervivo”, también lo hacían con ese tema que hicieron propio distintas generaciones: “Aquellas pequeñas cosas... esas que nos dejó un tiempo de rosas, en un rincón, en un papel o en un cajón”. O con “Mediterráneo”, que se convirtió en un verdadero himno.
El cantante y autor ha dado voz a cinco décadas de nuestras vidas y ha puesto música a poetas como Antonio Machado, Miguel Hernández, Rafael Alberti o Mario Benedetti. En estos últimos años, conformó con Joaquín Sabina una pareja irónica y mordaz que se hacen llamar “el símbolo y el cuate” o “el colibrí y el cuervo”, y que grabó discos como “La orquesta del Titanic” y “Dos pájaros de un tiro”.
Setenta años de vida, 50 sobre los escenarios, dando voz a cada una de las diferentes épocas que ha vivido el Nano al que aún le queda lo más importante: la ilusión y las ganas de crear, luego de haber escrito temas como “Tu nombre me sabe a yerba”, “Manuel” y “Balada de otoño”.