MOSCÚ.- El presidente ruso, Vladimir Putin, en un desafío a las protestas ucranianas y las sanciones occidentales, firmó un tratado que convierte a Crimea en parte de Rusia, pero aseguró que no planeaba tomar ninguna otra región de Ucrania. En tanto, el primer ministro ucraniano, Arseny Yatseniuk, sostuvo que el conflicto en Crimea había pasado de la fase política a la militar. “Hoy soldados rusos comenzaron a dispararle a efectivos ucranianos y esto es un crimen de guerra”, declaró.
Se refería a un incidente ocurrido en un complejo cerca de la capital de Crimea, Simferopol, en el que un efectivo ucraniano murió a tiros y otro resultó herido.
El Gobierno de Kiev dijo que los atacantes llevaban uniformes militares rusos y respondió al hecho autorizando a sus soldados en Crimea a usar las armas para protegerse, dejando sin efecto la orden previa de que se debía evitar el uso de la fuerza en caso de un ataque.
En un discurso fuertemente patriótico a una sesión conjunta del Parlamento ruso en el Kremlin, interrumpido por ovaciones de pie y lágrimas, Putin dijo que el referendo en Crimea del domingo -realizado bajo ocupación militar rusa- mostró una voluntad férrea de sus residentes de quedar bajo soberanía rusa.
Mientras entonaban el himno nacional ruso, Putin y líderes de Crimea firmaron el tratado para convertir a la región en parte de la Federación Rusa, y declararon: “En los corazones y mentes de las personas, Crimea siempre ha sido y sigue siendo una parte inseparable de Rusia”. Se espera que el Parlamento empiece a ratificar el tratado dentro de unos días.
Fuerzas rusas tomaron control de la península del Mar Negro a fines de febrero tras la destitución del líder ucraniano Viktor Yanukovich, cercano a Moscú, en medio de protestas desatadas por su decisión de rechazar un tratado de libre comercio con la Unión Europea a fin de mantener sus buenas relaciones con el Kremlin.
En Kiev, el presidente interino de Ucrania, Oleksander Turchinov dijo que la decisión de Rusia de anexar Crimea era como la toma de Austria por parte de los nazis.
El discurso de Putin generó una reacción hostil inmediata del Gobierno de Ucrania y de las potencias de Occidente.
Durante una visita a Polonia, el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, describió las acciones de Moscú como una “apropiación de tierras” y reiteró el compromiso de Washington con la defensa de la seguridad de los países miembros de la OTAN en las fronteras rusas.
El primer ministro polaco, Donald Tusk, indicó que la medida de Moscú es inaceptable para la comunidad internacional, y Gran Bretaña suspendió su cooperación militar con Rusia.
“Es totalmente inaceptable que Rusia use la fuerza para alterar fronteras en base a un referendo simulado realizado bajo los cañones rusos”, dijo el primer ministro británico, David Cameron, y amenazó a Putin con “consecuencias más graves”.
En su discurso, el líder ruso acusó a las naciones occidentales de actuar con hipocresía, diciendo que habían apoyado el derecho de Kosovo a la autodeterminación en torno a Serbia pero ahora negaban a Crimea los mismos beneficios. “No pueden llamar a la misma cosa negra hoy y blanca mañana”, declaró ante un aplauso atronador, al decir que los socios occidentales habían “cruzado la línea” con respecto a Ucrania y se comportaban “irresponsablemente”.
Añadió que los nuevos líderes de Ucrania incluían a “neonazis, rusofóbicos y antisemitas”. Y agradeció a China por su apoyo, aunque Pekín se abstuvo de votar una resolución de la ONU sobre Crimea, y dijo que estaba seguro de que los alemanes apoyarían la búsqueda de reunificación del pueblo ruso, como Rusia había apoyado la reunificación alemana. “No les crean a aquellos que tratan de asustarlos con Rusia y que gritan que otras regiones seguirán a Crimea”, insistió. “No queremos una partición de Ucrania, no lo necesitamos”. (Reuters)