El grado de funcionamiento y el estado de mantenimiento de la infraestructura rural integran el grupo de problemas que más afligen a los agricultores.

El comentario reiterado es la falta de inversiones en obras de todo tipo, que ayuden que las actividades productivas puedan desarrollarse sin inconvenientes.

La red vial, las redes hidráulicas y el sistema eléctrico son los motivos que causan más de un dolor de cabeza a los hombres de campo.

“En las zonas productivas que abarcan La Cocha, Taco Ralo y alrededores, los agricultores estamos cansados de que cada vez que hay lluvias se producen inundaciones. Esto ocurre año tras año, desde hace 20 años. Las inundaciones se producen siempre”, describió Luis González, productor sojero y cañero del sur tucumano.

Graves perjuicios

“Esta lluvia provocó un grave corte de ruta. Desde hace 25 años que toda la red de infraestructura está igual, no se hizo nada”, reafirmó.

“Todos los años se cortan las rutas; el agua inunda los campos y sale al camino, porque en las fincas no hay desagües, que debe construirlos el Gobierno provincial”, dijo el agricultor. “Por eso, los caminos se transforman en conductores, en facilitadores del tránsito del agua, de tal manera que el líquido corre por las banquinas, avanza sin control, y todos terminamos aislados porque caminos y rutas se terminan rompiendo”, agregó.

Faltan proyectos

¿Esto significa que falla o no existe una red hidráulica para captar los excedentes de las lluvias?, consultó LA GACETA Rural.

“No existen proyectos para construir ninguna red hidráulica. Necesitamos canales para llevar a los ríos el agua que baja de los cerros. Hoy, esos volúmenes llegan a Taco Ralo. Por eso, insisto, necesitamos un canal que corte y lleve al agua el río Marapa”, reclamó.

“Desde hace años que venimos repitiendo las mismas quejas y el Gobierno no hace nada”, insistió. “Sólo se hacen arreglos chicos para zafar del problema del momento, pero nada más”, observó.

“Se necesitan construir puentes y canales, para lo que será necesario expropiar partes de algunos campos productivos. Esto es lo que necesitamos, repito, pero el Gobierno no hace nada”, dijo ratificando sus quejas.

Costos y pérdidas

González admitió que estos problemas con la infraestructura rural se traducen en mayores costos para el agricultor.

“Por supuesto que aumentan los costos, no sólo por la rotura de los equipos agrícolas, sino también porque se pierden jornales de trabajo y también porque se pierden tiempo en llegan a los puntos de acopio o de ventas de las distintas actividades agropecuarias.

Todos pierden

“Pero el que también pierde y gasta es el Estado provincial, año tras año. Porque cuando más problemas aparecen, mayor es el gasto que debe encarar contratando maquinarias para sellar los puntos de inundación y desagotar los campos y las ciudades que se saturan de agua”, explicó. “Esto es el resultante de que no se hacen inversiones a largo plazo en infraestructura rural. Todos los años se gasta dinero, y no sucede nada. No hay proyectos de construir ninguna de las obras que se necesitan”, concluyó.