Había pasado ya el momento de mayor adrenalina. Desanduvo entonces los escalones alfombrados y se zambulló en una butaca. Y desde allí vio. Vio los ojos atentos del público dejándose encandilar por los paisajes locales. Vio las sonrisas desplegarse orgullosas cada vez que una ironía ganaba el guión. Vio gestos de sorpresa, algunos entrecejos fruncidos. Se vio a sí misma franquear la pantalla. Estaba de un lado y del otro. Y ambos eran fascinantes. La actriz Cynthia Avellaneda experimentó el martes la magia de conocer en tiempo real las reacciones que desencadena su trabajo. Fue en la avant premiere de la película “Los dueños”, que se realizó en los Cines del Solar con la presencia de varios actores, el director Ezequiel Radusky -el otro director, Agustín Toscano, llegó sobre el final- y público invitado.
La noche transcurrió en un ambiente de mucha emoción y euforia, señaló Avellaneda y con ella coincidieron los demás actores consultados. La cita era a las 21.30 en las salas de la avenida Aconquija al 1.300; antes de la función esperaba a los asistentes una vernissage. El estreno comercial del filme en Tucumán -antes se lo había proyectado en el marco del Festival de Cine- era muy esperado por todo el equipo técnico y actoral, y así lo hizo saber Radusky en las palabras que dirigió al público.
Rodeado por los actores y algo nervioso, el director agradeció a las distintas personas que apoyaron la realización y la difusión de la película y, sobre todo, instó a producir proyectos similares en la provincia, en el corto plazo. También llamó a la Licenciatura en Teatro y a la Escuela de Cine de la Universidad Nacional de Tucumán a coordinar esfuerzos y recursos para hacer nuevas películas, y a conseguir el apoyo del Gobierno. Salvo una breve intervención de Nicolás Aráoz, fue el único orador de la noche. En adelante, sólo quedaría espacio para disfrutar de la película.
Cada vez más linda
El actor Juan Tríbulo fue uno de los asistentes a la avant premiere, en donde vio “Los dueños” por tercera vez. “El filme tiene un encanto muy particular porque uno reconoce el paisaje y el lenguaje tucumanos, personajes muy característicos y una trama con mucha ironía y sutileza. Pueden efectuarse varias lecturas, preguntarse quiénes son los dueños realmente, si ese padre abandónico, esa hija desinteresada, el cuñado o los peones. Y también preguntarse si ‘los dueños’ son dueños de la finca y se creen ser dueños de las personas”, analizó.
Tríbulo elogió la fotografía de la película. “También son muy buenos los climas. La historia comienza con una lentitud que se va acelerando hacia el final, al igual que se aceleran los conflictos, y así da tiempo al espectador de que disfrute de los detalles. Yo la vi por tercera vez con nostalgia de las seis escenas que filmé, de las cuales quedó una y media”, comentó, risueño.
Por su parte, Aráoz expresó que cada vez le gusta más la película. “La había visto antes de que fuera a Cannes y luego en el Festival de Cine. Es muy linda, disfruto mucho de su trama, del planteo visual y de vernos a los actores; creo que hay un gran trabajo de dirección. También ha sido muy satisfactorio llegar temprano, ir recibiendo a nuestra gente amiga y estar acompañado por gente que uno quiere”.
Luego de la función, actores, técnicos y sus conocidos fueron a cena juntos en un bar céntrico. Fue el cierre perfecto para una noche hace mucho tiempo anhelada, rodeada de afectos.