No reconoce edades, niveles sociales ni fronteras. En los últimos lustros, sus seudópodos se han multiplicado y se han enquistado en la sociedad. La droga es un flagelo temible y esta asociada a la delincuencia y la marginalidad, pero también alcanza a los estratos más educados. En estos días, el Senado de la Nación ha sido portador de una buena noticia. En su última sesión se aprobó la ley para que las obras sociales y prepagas brinden cobertura a quienes tengan problemas con las adicciones.

El proyecto del Plan Integral para el Abordaje de los Consumos Problemáticos, que fue aprobado por unanimidad, prescribe, entre otras cosas, la creación de centros comunitarios de prevención de consumos, que se distribuirán en todo el país, aunque se priorizará los lugares de mayor vulnerabilidad social. La iniciativa tiene como objetivo principal la prevención mediante la acción directa del Estado; busca asegurar la asistencia integral y gratuita, y a disponer de herramientas laborales y educativas adecuadas para la contención social de los afectados.

Prescribe que las obras sociales, las prepagas y demás prestadoras de salud deberán brindar gratuitamente las prestaciones para la cobertura integral del tratamiento de las personas que padecen algún consumo problemático que, a su vez, quedará incorporado al Programa Médico Obligatorio. También se incluye a los pacientes internados en instituciones de salud mental. El Estado podrá incorporar con dispositivos de integración a las personas con consumos problemáticos que estén en una situación de vulnerabilidad social que atente contra el pleno desarrollo de sus capacidades y que esas circunstancias pongan en riesgo el éxito de su tratamiento. La senadora tucumana Silvia Elías de Pérez (UCR), que preside la Comisión de Salud y Deporte, dijo que la norma no sólo refiere a drogas lícitas o ilícitas, sino también al alcohol, al tabaco, a los alimentos, las nuevas tecnologías y las compras, entre otros tipos de adicciones. Señaló los centros comunitarios que se crearán en el territorio nacional no solo tendrán la misión de recibir a quienes realicen una consulta, sino que su personal va a tener que salir a la búsqueda de los adictos como parte de un trabajo de campo.

Hace un par de semanas informamos que de los 21 detenidos registrados durante un fin de semana en la jurisdicción del Centro Judicial Capital, 11 reconocieron tener problemas con drogas. La mayoría de los detenidos consumía marihuana, además de algún otro estupefaciente, como el “paco”, psicofármacos (pastillas antidepresivas) y pegamento.

Ciertamente, es un paso importante el que se ha dado, pero es necesario abordar el problema en forma integral porque ofrece varias aristas. Debería elaborarse una política de Estado que tome como punto de partida la educación y se complemente con la práctica de deportes, la alfabetización de los adultos, la organización de cooperativas de trabajo.

En los sectores marginales, el arte es una herramienta eficaz no solo para enseñar, sino también para generar vínculos humanos a través de la creatividad, que permitan al mismo tiempo recuperar la autoestima perdida. Por lo general, la droga lleva al adicto a anularse como individuo y a menudo afecta de un modo u otro a los seres queridos al consumidor. Es sinónimo de muerte, conviene tenerlo siempre presente.