Que Carlos Tevez no podía faltar en esta lista es indiscutible. Tampoco lo es que el técnico Alejandro Sabella esté en su derecho a convocar a quien se le ocurra, sin importar que sirvió en bandeja el argumento para que los críticos lo destrocen si los resultados no lo acompañan por más que pierda la final del Mundial.
Sí es materia de debate que Julio Grondona, presidente de la AFA, haya justificado que la decisión se debió a “una cuestión íntima del grupo”, dando a entender que se trata de situaciones personales que no pudieron ser resueltas durante toda la etapa de preparación.
Eso habla muy mal de un plantel y de un cuerpo técnico. Porque los jugadores priorizaron cuestiones personales que a la suerte de la Selección (que es el sueño de la patria futbolera) y un entrenador que no supo o no pudo revertir la situación.