BUENOS AIRES.- Lejos del dramatismo de una final, River Plate logró consagrase campeón con un cómodo triunfo ante Quilmes, al que superó por 5 a 0.
Por ese motivo, promediando el segundo tiempo, comenzaron a desatarse los primeros gritos de "Dale campeón", y la emoción invadió a hinchas, dirigentes, jugadores y cuerpo técnico.
Ramón Díaz, entrenador del equipo, no pudo contener sus lágrimas y al ver a su hijo Emiliano, ayudante de campo, quebrado en llanto, se fundieron en un abrazo que reflejaba la alegría de una celebración especial.
Minutos después, cambiaron la cara y compartieron gritos, cantos y saltos de alegría junto al resto de los jugadores, en un festejo que será recordado por mucho tiempo.