En esta les doy la derecha a ellos. En serio, chicas ¿por qué ese énfasis, esa insistencia? Pareciera que, de repente, se lanzó un concurso a nivel nacional para medir quién tiene menos neuronas y que todas nos muriéramos por ser las campeonas. ¡Basta! Se los pido por favor. Cortémosla con darles la razón a esos machistas que nos mandan a lavar los platos cada vez que empieza un partido de fútbol. Al final, mucho movimiento feminista, pero somos nosotras las primeras en mostrarnos irritantemente huecas.

Los comentarios babosos de mujeres que gritan a los cuatro vientos con cuál jugador desean pasar la noche se volvieron insoportablemente repetitivos en las redes sociales, en las mesas de los bares y hasta en los grupos de Whatsapp. Durante las últimas horas he visto más veces el torso desnudo del “Pocho” Lavezzi que la repetición de los dos golazos de Messi a los nigerianos. Todo bien si tal o cual jugador les parece lindo o sexy, pero no hay necesidad de bañarlo en una baba pegajosa que no hace más que darles la razón a ellos, a los hombres que odian compartir la mesa con nosotras cada vez que juega la selección. Hagamos el siguiente razonamiento: estamos sentadas viendo la novela de la noche y nuestros hermanos, padres, maridos, hijos o compañeros de trabajo se instalan en la silla de al lado sin hacer otra cosa que evaluar los atributos físicos de la protagonista y lanzar todo tipo de propuestas sexuales al televisor. No sería simpático ¿verdad? Pues dejemos de comportarnos como el albañil de la obra de la esquina, al que evitamos para no escuchar sus ruborizantes piropos. Dejemos de darles la razón.