RÍO DE JANEIRO.- El partido de ayer en Río de Janeiro fue lo más parecido a una carrera de postas. Luego de correr cuatro años en la cúspide del fútbol mundial, un Uruguay abatido, golpeado y hasta desgastado, le entregó el testigo a Colombia. Una Colombia fresca, joven, inactiva en el plano internacional desde hace casi dos décadas y dispuesta a sostener ese tubo rígido y no soltarlo hasta ser la tercer grande de Sudamérica, detrás de Argentina y Brasil.
El 2 a 0 con el que los “cafeteros” llegaron a cuartos de final fue gracias a otra magistral actuación y dos goles de James Rodríguez que obligó a replantear rankings: ¿es el ex jugador de Banfield el mejor jugador del Mundial hasta ahora? ¿El primer gol el más lindo de todos hasta ahora?
Nadie parece animarse a contestar “no” esas preguntas. Mucho menos si pensamos que solo tiene 22 años. Tampoco a esta: ¿es Néstor Pekerman el mejor entrenador del Mundial pase lo que pase? Sí. Puso a Colombia entre los ocho mejores habiendo superado la lesión de uno de los jugadores más influyentes: Radamel Falcao.
El entrenador supo reemplazarlo a él y a varios jugadores que se lesionaron en la previa. Pero su trabajo comenzó mucho antes, poniendo en orden una casa que había encontrado bastante dejada.
El nivel mostrado por el arquero David Ospina es otra fuente de alegrías para Colombia. “Falcao es importante pero la gran figura de Colombia es Ospina”, había dicho antes del Mundial Mauricio Serna, ex símbolo de ese seleccionado.
Uruguay, tras la sanción a Luis Suárez, ya no fue el Uruguay que terminó cuarto en Sudáfrica 2010 o el que ganó la Copa América en 2011. La continuidad del exitoso ciclo, luego de la escandalosa mordida, su expulsión del torneo y del fútbol por cuatro meses y la renuncia Oscar Tabarez a su cargo en la FIFA, corre serio peligro.
Para Colombia, todo lo contrario: tiene años de pista por delante y en los próximos días irá por un lujo: dejar afuera a Brasil en cuartos. (Especial-DPA)