“San Martín siempre supo salir de todas las crisis que afrontó y lo hizo con la misma herramienta: uniéndose dirigentes, jugadores, cuerpos técnicos, socios y simpatizantes”, aclara Roberto Albornoz, historiador y fanático del “santo” golpeado por el nuevo fracaso de su equipo.
Él reniega más que cualquier hincha común. Con autoridad afirma: “Este fue el peor equipo que vi en los últimos 60 años. Ni siquiera me dan ganas de llevar a mi nieto a la cancha”.
Palabras duras si las hay, pero Albornoz habla con conocimiento. Él con lujos sabe muy bien del pasado del equipo de La Ciudadela y asegura que el club pudo salir adelante cada vez que se desató un crisis. “En los años 30 teníamos serios problemas, pero llegó don Roberto Santillán y el club ganó todo en los 40. Él cambio el sistema de trabajo, la relación con los jugadores y la mirada de los dirigentes”, agrega.
La boca del historiador “santo” se transforma en una catarata de nombres. No para de dar detalles y destaca que la segunda gran crisis llegó a La Ciudadela cuando los directivos traicionaron la esencia. “En 1956 el club deja ir a Ricardo ‘Tuerto’ Adet, a Martín ‘Mariscal’ Blasco y a Don Santillán que se va a Atlético donde ganó todo durante varios años. Salimos adelante con la misma receta: uniéndonos y apostando por lo nuestro”, explica.
Puros nombres
Y lo “nuestro”, en esos momentos, era nada menos que Juan Carlos Carol. “Otra vez llegaron los años de gloria en los 60 y principios de los 70 porque se volvió a apostar a lo mejor del club y a lo mejor que se descubría en la región. A eso se le sumaban mucho esfuerzo y más sacrificio”, asegura el historiador. Albornoz reconoce que Carol dejó de ser el entrenador de Primera, pero a partir de ese momento se dedicó a entrenar o a recomendar juveniles como Jacinto Eusebio Roldán, Roque Martínez, Francisco Guillén y Mario “Cococho” Jiménez, entre otros, todos nombres que hicieron historia en el club.
El especialista también reniega de la última crisis que vivió del club, esa que terminó con el equipo jugando en la Liga y que se transformó en una de las etapa más nefastas del club de La Ciudadela. Tanta bronca le da que ni siquiera nombra al clan Ale como los responsables. “Se resurgió, pero de nada sirvió. No se capitalizó lo único bueno que fue haber jugado en el torneo de Reserva. Hoy (Augusto) Max, (Jorge) Serrano, (Miguel) Nieva Escobar, (Miguel) Fernández y (Pablo) Lencina y Exequiel Narese están en otros clubes”, recuerda amargado.
Profundos cambios
Albornoz cree que San Martín debe recuperar la esencia como entidad. “Hay que volver a los tiempos del Solar de los Deportes. Los directivos, que no hicieron nada para recuperarlo, no deben saber ni siquiera que ese fue un símbolo de progreso y adelanto a nivel nacional. Allí, como no ocurría en ninguna parte del país, se organizaba torneos de baby fútbol donde fueron descubiertos los grandes craks del deporte de toda la provincia”, recuerda.
El historiador también, en medio de tanto dolor y con mucha humildad, tiene tres consejos para darles a los directivos.
1- ”Que los directivos nunca más digan, ni en tiempos electorales, que San Martín es un club con fútbol y no de fútbol. Si al fútbol le va mal, al club la ve mal. Sin desmerecer, se puede ganar muchos títulos en las otras disciplinas, pero ninguno será tan importante como uno del fútbol”.
2- “Que las divisiones inferiores sean dirigidas por ex jugadores que saben lo que es la esencia del club. Que contagie esas ganas de jugar en San Martín y que no pase lo de Matías Kranevitter que se fue y que ahora están viendo la manera de ganar algo de dinero por derecho de formación”.
3- “Que haya consenso y unidad entre todos para que el club vuelva a resurgir. Que nunca más haya elecciones con dos o tres listas. Unidos saldremos adelante”.