Técnicos de la Sección Zoología Agrícola de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) de Tucumán advirtieron sobre la necesidad de iniciar los monitoreos del “gusano cuarteador” Mocis latipes para prevenir ataques en los cañaverales, los cuales ocurren, generalmente, entre fines de diciembre y hasta marzo.

Este gusano comienza su ataque alimentándose, principalmente, de gramíneas malezas tales como “pasto blanco” (Digitaria sanguinalis), “gramilla” (Cynodon dactylon) y “pasto ruso” (Sorghum halepense), en las que se observan las hojas comidas en los bordes, acompañadas de las deyecciones de los gusanos. Cuando el ataque avanza en el tiempo y terminan de comer la maleza, pasan a la caña de azúcar alimentándose de las hojas, quedando sólo las nervaduras centrales. El ataque se presenta en lotes de caña de azúcar muy enmalezados, ya sea en sus callejones, trochas, cabeceras de los surcos, fallas del cultivo u otras áreas marginales no cultivadas. Estos sitios son los focos que darán origen a las grandes poblaciones, de enero, capaces de causar un considerable daño económico.

Estos ataques se producen en la época de gran crecimiento de la caña. La recuperación del cañaveral atacado es lenta y aunque se observa recuperación foliar, el daño repercute en la elongación y llenado de los entrenudos.

Estudios de pérdidas realizados demostraron que los lotes con ataques intensos presentaron una disminución del crecimiento de tallos, en altura, de un 30% y una disminución en el peso de un 50%, en comparación con lotes que no presentaron ataques.

Ante esta situación, recomendamos a los productores cañeros no dejarse sorprender por la plaga, para lo que se recomienda comenzar con los muestreos en sus campos en forma temprana.

Muestreo

El muestreo se debe realizar, visualmente, en las malezas hospederas en cuatro puntos del lote. En estos se debe buscar la presencia del gusano debajo de las malezas en la cabecera y trocha del surco, y si se encuentran gusanos hasta cinco gusanos por metro, tomar las medidas de control indicadas.

Manejo preventivo: una medida importante de manejo es mantener los callejones limpios y los surcos, las trochas del cultivo y las cabeceras del cultivo libres de malezas. En caso de encontrar gusanos en la trocha, no es aconsejable picar la trocha ya que dejamos sin alimento a los gusanos que pasan directamente al cañaveral y el ataque se torna mayor.

Control químico: en casos en los que se cuenten más de 5 orugas por metro lineal de cultivo, se deben realizar aplicaciones con insecticidas. Para el caso de aplicaciones terrestres, se disponen de activos cuyas concentraciones son las siguientes: Clorpirifos con una dosis de 600 cm3/ha con el agregado de 1 litro de aceite; Cipermetrina, 150 cm3/ha; Lambdacialotrina 5%, 140 cm3/ha; Gammacialotrina 15%, 25 cm3/ha, y Tiodicarb 80%, 100 gr/ha. Para obtener una máxima eficiencia, la aplicación debe hacerse al atardecer, momento en que es mayor la exposición del gusano al producto, y con un volumen de caldo no inferior a los 150 l/ha, cuando el cañaveral esté muy enmalezado para poder llegar al fondo del surco, lugar en el que se refugian los gusanos. Si el ataque se produce a mediados de enero, el cañaveral tendrá 1,70 m de altura, y si el campo está muy enmalezado y/o donde no se pueda entrar por la altura del cañaveral, realizar aplicaciones aéreas con 30 l/ha.

Para mayor información, dirigirse a la Sección Zoología Agrícola de la Eeaoc, Av. William Cross 3150, Las Talitas, (4101) Tucumán, Argentina, tel (381) 4521000, interno 150 o por mail contactarse con la ingeniera Analía Salvatore asalvatore@eeaoc.org.ar