El “picudo negro” es una especie con gran potencial de daño, que causa pérdidas de hasta un 100% del rendimiento en el cultivo de soja, cuando no se controla esta plaga. Los daños son ocasionados por “los adultos y las larvas”.

Durante la “fase vegetativa inicial (hasta V3)”, los daños causados por los adultos de R. subtilis en cotiledones y brotes determinan la muerte de las plantas y, en consecuencia, una reducción del “stand” en el lote. En “etapas vegetativas más avanzadas”, el daño y la muerte de los brotes terminales determinan una disminución de la altura y la modificación de la estructura de las plantas afectadas. Este daño adquiere mayor importancia en variedades con hábito de crecimiento indeterminado.

En las “fases reproductivas iniciales (R1 a R4)”, los daños de los adultos en flores y vainas en formación no implican disminuciones significativas del número de vainas por planta a cosecha; sin embargo, resulta importante llegar con bajos niveles de la infestación al momento de llenado de los granos.

La “fase reproductiva correspondiente al llenado de granos (R5 a R6)” es la etapa crítica, llegando a ocasionar pérdidas de rendimiento de hasta un 60%. Durante esta etapa, las hembras colocan los huevos dentro de las vainas de la soja y las larvas, al nacer, se alimentan de los granos afectando directamente el rendimiento del cultivo. Además, “los daños por oviposión y alimentación en las vainas” permiten el ingreso de patógenos que afectan la calidad de los granos.

Estos daños pueden ocasionar restricciones de la calidad, en función de su ubicación y extensión: “en granos para semilla” se afecta el proceso de limpieza, la clasificación y la capacidad de almacenamiento, comprometiendo la calidad fisiológica de la semilla. “En granos para industria”, el material afectado puede ser considerado como grano dañado, ocasionando pérdidas en la calidad y mermas en el precio final del producto.

Los daños entre R5 y R6, además de las pérdidas en rendimiento, implican incremento de la población de picudos para la campaña siguiente. Todas las variedades de soja son susceptibles a los daños de R. subtilis; y en lotes con ataques intensos se observa una retención foliar, resultante del daño en los granos, y una consecuente modificación de la fisiología de la planta que altera la relación fuente-destino.