MELBOURNE.- Una semana de partidos y victorias: eso es lo que pide Rafael Nadal para cambiar el rumbo en un Abierto de Australia al que llega sin fe en hacer grandes cosas. “No me considero uno de los favoritos. El año pasado lo era, este año no. No me siento listo para ganar este torneo”, sostuvo el número tres del tenis mundial, campeón del torneo en 2009 y finalista el año pasado. “Si estoy aquí hablando dentro de una semana en una rueda de prensa entonces quizás diga otra cosa, porque significará que tengo más ritmo y más confianza”, añadió.
Nadal pisó fuerte en el cemento australiano y superó sus expectativas iniciales con un triunfo por 6-3, 6-2 y 6-2 sobre el ruso Mijail Youzhny en el debut. Además, no mostró las dudas de las que habló en los días previos. Esta fue su primera victoria desde el 22 de octubre, cuando venció al francés Pierre-Hugues Herbert en los octavos de final de Basilea.
“Estoy mejor que hace dos días. Hay que darle a esta victoria el valor que tiene”, explicó Nadal tras imponerse al número 32 del ranking mundial en el Rod Laver Arena, el mismo estadio en el que un año atrás sufrió un bloqueo de espalda que le hizo perder la final ante el suizo Stanislas Wawrinka. “Es muy especial para mí esta victoria”, añadió.
Nadal, de 28 años, está volviendo al circuito tras meses complicados. En julio se lesionó la muñeca entrenando y no reapareció hasta octubre, aunque lo hizo con pobres actuaciones antes de verse obligado a una operación de apéndice. En la recta final del año cortó sus entrenamientos al someterse a un tratamiento con células madre para mejorar su maltrecha espalda. (DPA y especial)