En un inicio de año marcado por muy buenas lluvias -en contraste con los períodos anuales anteriores-, los cañaverales se encuentran en el período de gran crecimiento, señaló Eduardo Romero, coordinador del Subprograma Agronomía de la Caña de Azúcar de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc).

Pero las lluvias no han sido parejas en toda la provincia, pese a que fueron más copiosas que en 2014. “Primero escasearon en el sur (diciembre último); ahora esa zona, junto con el centro, ha recibido lluvias abundantes. El noreste tucumano fue el área donde menos precipitaciones se registraron en este último mes; aún así, las lluvias acumuladas han sido importantes en todo el área cañera y mayores respecto de años anteriores. Los ensayos de la Estación Experimental en Overá Pozo, exhibieron medio metro más de altura respecto de los del 2014”, comentó el técnico.

El especialista señaló que en el campo se observó la mayor parte de los cañaverales cerrada y con un “muy buen crecimiento y desarrollo”, con buenas expectativas de producción. Explicó que las últimas cañas plantas y las socas de cosechas tardías de octubre pueden estar un poco retrasadas, como algunos lotes que venían afectados de los años anteriores. Aunque ellas exhiben mejores condiciones de crecimiento con respecto a la campaña pasada.

“Algunos problemas de retrasos pudieron generarse por las copiosas lluvias de fines de noviembre e inicios de diciembre, y algunos productores no alcanzaron a realizar las prácticas culturales de control de malezas y fertilización en los tiempos adecuados quedó desprotegido. A fines de enero (2015) pudieron observarse algunos problemas de anegamientos por los excesos de lluvias, pero así los cañaverales se hallaron diferencialmente en mejores condiciones”, expresó.

Las lluvias abundantes y continuas del inicio de año (entre 130 y 140 milímetros -mm-) generaron en algunas zonas problemas de anegamiento y la detención temporal del crecimiento del cultivo. “La falta de oxígeno en el suelo saturado de agua afecta la actividad respiratoria radicular e interfiere en la absorción de agua y nutrientes, provocando que se paralice la actividad de crecimiento y desarrollo. Pero, por ahora, esta situación no representa un problema serio”, afirmó Romero, quien agregó que los problemas de plagas y orugas no han sido significativos con relación a las lluvias. “Algo de roya se ha visto, pero sin una incidencia significativa”, dijo.

“La mayoría de los cañaverales están cerrados y en plena elongación, con crecimiento en altura y diámetro de tallo, y aún restan dos meses netos de gran crecimiento. Las expectativas de producción, por tanto, son importantes. Esperemos que los precios acompañen y muestren también una recuperación”, manifestó.

El comportamiento fue “altamente satisfactorio” de la variedad TUC 95-10, que ha presentado muy buenos desempeños, aunque aún con bajos porcentajes de difusión, lo cual debe intensificarse a fin de ir reemplazando a LCP 85-384, la variedad dominante, cuyo desempeño ha sido muy bueno y exhibió buenas recuperaciones.

“Por el lado institucional, nuestro subprograma trabaja activamente en tres grandes temáticas. Uno de ellos es la evaluación de estrategias agronómicas de manejo, incluidos los ensayos de riego y fertilización. En los ensayos de riego, a pesar de las buenas lluvias de esta campaña, y en especial en las zonas marginales, el aporte del riego durante de la primavera caliente fue suficiente para marcar diferencias con los secanos y obtener producciones mayores”, señaló el técnico.

“Trabajamos en diseños de plantación, junto con la Sección Suelos, en ensayos de umbrales de riego, dosis y momentos de fertirrigación, estudios de requerimientos nutricionales de la caña de azúcar, entre otros. En 2014 empezamos a desarrollar una vieja idea, ahora más factible de ser llevada a la práctica: los surcos estrechos de 1,25 metro. Realizamos experiencias en distintas áreas cañeras porque disponemos de una nueva cosechadora de John Deere (Cobra), que se adapta a esos surcos. Se hicieron pruebas semicomerciales de este diseño en Overá Pozo (campo Probicaña – Eeaoc), como también en otros lotes de productores privados”, añadió.

En los ‘80 y ‘90 se desarrollaron investigaciones en las que ese diseño funcionó productivamente, pero no existía un modo económico de cosecharlo. Ahora, cañeros chicos, por iniciativa propia, vienen evaluando este diseño como alternativa viable para incrementar la productividad de sus lotes, cosecharlos con la nueva máquina con buenos resultados.

Romero añadió que hay otros diseños que vienen evaluándose hace tres o cuatro años, en el marco del proyecto Probicaña (Programa del Bicentenario de la Caña de Azúcar, proyecto de cooperación técnica llevado a cabo por Zafra SA y la Estación Experimental, con el apoyo de John Deere).