Mientras gran parte de la provincia de Tucumán padece por estas horas los graves efectos unas inusuales lluvias del verano, que provocaron el colapso de una ya débil infraestructura hídrica y desnudó el descuido del Gobierno y de las áreas competentes en la prevención del fenómeno climático, nuevas preocupaciones e incertidumbres comienzan a sumarse en este panorama especialmente complejo y doloroso.
Es que los pronósticos señalan que las tormentas se mantendrán en casi toda nuestra provincia durante varias semanas y que esos caudales de agua -inevitablemente- se agregarán a la lluvia que viene saturando los suelos y que -cómo no- añadirá lagunas y charcas en fincas, caminos, parques y hasta en los patios de las viviendas, conformando un panorama de colmatación de la superficie y un aumento alarmante de la humedad ambiente. “Sobre llovido, mojado”, ese dicho tan preciso del refranero popular, puede servir entonces para avanzar en el diagnóstico de la situación y en la búsqueda de respuestas urgentes para hacer frente a ese fenómeno que puede adicionar complicaciones a la salud de los tucumanos. Porque este escenario de inundaciones y tierra atiborrada de agua se puede convertir en un campo propicio para la aparición de mosquitos y alimañas. Ya en las provincias de Córdoba y Catamarca, donde las lluvias han provocado avalanchas de cerros y crecidas de ríos, con secuelas de muertos y enormes daños, se han puesto en marcha los sistemas de alerta sanitaria para enfrentar posibles casos de enfermedades que provocan los mosquitos, especialmente el Aedes Aegypti, transmisor del dengue o de ciertas otra enfermedades infecciosas que pueden aparecer en estos casos. Las aguas estancadas, el fenomenal incremento de desechos que trasladan las correntadas, las dificultades en la recolección de los residuos en los lugares más golpeados por el desastre que lleva a que se haya acumulado basura hasta en la vía pública, debieran ser motivo también en Tucumán de un urgente y coordinado operativo de limpieza y atención por parte de las autoridades provinciales, municipales y comunales.
Pero esta cobertura sanitaria en la provincia tendría que estar en marcha ya, toda vez que se ha conocido la apariciones de por lo menos siete casos de “dengue autóctono” en Córdoba, que ha puesto en máxima alerta a las provincias vecinas y que ha llevado al propio Ministerio de Salud de la Nación a desplegar operativos de alerta en las provincias afectadas por las inundaciones. En Córdoba, el gobierno provincial con el apoyo del Ministerio de Salud de la Nación ha iniciado una campaña de fumigación con equipamientos montados en vehículos que se movilizan en las zonas golpeadas por el trance climático y que incluye acciones domiciliarias, ante la gravedad que adquiere lo que las autoridades sanitarias consideran un “brote”. Con el dengue en las proximidades del territorio tucumano y ante algunos casos de enfermedades sospechadas de haber sido trasmitidas por mosquitos, que no fueron lo suficientemente aclaradas por las autoridades sanitarias de Tucumán en estos últimos días, no se entiende que desde la administración provincial aún no se hayan puesto en marcha las medidas correspondientes para enfrentar las circunstancias. Pero toda la población debe asumir también este reto emergente del drama medioambiental evitando la acumulación de agua en sus espacios y extremando las medidas de precaución.