Boca se convirtió en puntero del torneo a la media hora de juego con Defensa y Justicia, con el frentazo de Daniel Díaz, pero sólo respiró ese tranquilo aire de cima una vez que el juez certificó el 2-1. Antes, el “xeneize” contuvo la respiración porque Defensa lo ahogó.
El alivio final se dio porque nunca en lo que va de 2015 (donde Boca jugó nueve partidos: ganó ocho y empató uno, con 19 goles a favor y cuatro en contra) un equipo estuvo tan cerca de amargarlo tanto. Ni siquiera Colón, que le empató con un zapatazo aislado entre tanto dominio azul y amarillo. Esta vez la historia fue otra.
Boca logró el 2-0 con otro cabezazo/misil de Daniel Osvaldo, pero cuando todo pintaba para fiesta, Defensa destapó el sufrimiento ajeno aprovechando las secuelas de un equipo que comenzó a sentir el ajetreo copero. Las medias bajas, el cansancio, los golpes de Fernando Gago y Gino Peruzzi -y el dolor de Sebastián Palacios que no pudo salir porque los cambios se agotaron- hicieron tambalear el triunfo local, que ya había sufrido el descuento de Juan Sánchez Sotelo.
La visita se animó, ganó el duelo físico y pareció lograr su cometido con Julio Rodríguez. Pero el asistente le anuló mal el empate midiendo la jugada como con ojo de halcón, cobrando un off side.
Boca pudo llegar al tercero y no lo hizo. Recién se sacó el cuchillo de los dientes cuando escuchó el silbato del final, y volvió a vivir líder.