Atlético y Chacarita volverán a verse las caras después de tres años sin encontrarse, aunque comparten una larga historia que fue pariendo una picante rivalidad. La última vez que se midieron fue en la temporada 2011/12, cuando ambos partidos terminaron en empate. Lo extraño no es que haya pasado tanto tiempo sin enfrentarse, sino que aquellos últimos duelos no hayan sido determinantes para el resultado del torneo.
Porque más allá de las amistades y enemistades que las barras imponen desde su lugar, fueron las finales que jugaron “decanos” y “funebreros” las que forjaron la pica en los últimos años.
En la temporada 2008/09 de la B Nacional, por ejemplo, ambos peleaban el ascenso a Primera y terminaron consiguiéndolo. Pero en el proceso hubo duelos clave. En la primera rueda, Atlético rescató un punto en Buenos Aires. En la fecha 30, cuando el conjunto de camiseta tricolor lideraba con ocho puntos de ventaja, el equipo de Héctor Rivoira lo derrotó con gol de Luis Rodríguez, comenzando así una remontada que terminaría con el título para ellos.
“Lo que pasó, pasó. Ahora nos preparamos para enfrentar un cuadro que fue y será difícil para Atlético”, explicó Rodrigo Mieres dejando atrás la historia, pero admitiendo la dificultad del desafío.
Ya en Primera, ambos pelearon por mantener la categoría y aunque nuevamente llegaron al mismo puerto, aunque esta vez con una mueca de tristeza, protagonizaron dos interesantes duelos. En el Monumental Atlético se impuso 2-1 y empezó a transitar el camino que lo condujo, al fin del torneo Apertura, a ubicarse fuera de cualquier zona de descenso.
Fuera del campo, la rivalidad seguía cobrando vida ya que, con la hinchada de Chacarita presente en el estadio, los incidentes entre ellos, la Policía, vecinos e hinchas de Atlético no tardaron en llegar.
Algunos dijeron que fue una venganza “decana” tras el maltrato que habían sufrido sus hinchas en el último partido en Buenos Aires. “Esto es lo que tenemos, Chacarita quizá tenga un estadio más cómodo”, dijo irónicamente Mario Leito en ese momento, cuando “chaca” ni siquiera gozaba de un estadio propio, ya que el suyo estaba en remodelaciones.
Ninguno de esos partidos, vibrantes por sí mismos, llegó al nivel de emotividad que alcanzaron las semifinales del Nacional B en 1999. Chacarita terminó avanzando a la final por ventaja deportiva y porque Fabián Bustos se erró un gol increíble a pocos minutos del final del partido de vuelta.