CIUDAD DE PANAMÁ.- El deshielo diplomático entre Washington y La Habana puede abrir un nuevo capítulo en las relaciones entre Estados Unidos y Latinoamérica, que podría empezar a escribirse en la Cumbre de las Américas en Panamá de esta semana, en la que Cuba participa por primera vez. Acusado de intervenir demasiado en el continente o, al contrario, de desentenderse de sus problemas, las relaciones de América Latina con el vecino del norte han sido históricamente complicadas. El vínculo pasó por muchas etapas desde el “América para los americanos” de la doctrina Monroe, que marcó durante décadas la política exterior intervencionista de Washington, al “Todos somos americanos” de Barack Obama, que propone una nueva relación entre iguales. Obama pronunció esa frase en español cuando anunció en diciembre el acuerdo con Cuba para restablecer relaciones bilaterales, después de medio siglo de ruptura y enfrentamiento ideológico entre ambos países. Un año antes, el secretario de Estado John Kerry proclamó el fin de la doctrina Monroe. Expertos coinciden en que la nueva política hacia Cuba marcará un antes y un después en las relaciones de Washington con la región.
Carl Meacham, director del programa de las Américas del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), considera que hasta el deshielo con Cuba Obama había una política “modesta” hacia la región. “La distensión con Cuba quita un elemento de tensión”, señala Harold Trinkunas, jefe de la Iniciativa Américas del “think tank” Brookings. “El acercamiento a Cuba es el cambio más importante en décadas. Remueve el obstáculo principal, históricamente hablando, de las relaciones”, dice Héctor Schamis, profesor de estudios latinoamericanos de la Universidad Georgetown.
Pero ¿pasan las relaciones entre Estados Unidos y América Latina por su mejor momento? Depende de a quién se pregunte.
Analistas consideran que Estados Unidos ha perdido influencia en América Latina, ya sea porque se ha concentrado en otras zonas más conflictivas descuidando la región o porque ha perdido amigos, ante el auge de gobiernos populistas y la influencia creciente de China. “Que otros tengan influencia -China- es inevitable, si uno mira la evolución del PBI de Estados Unidos y de China en las últimas décadas. O sea, no es ‘descuido’, es cambio económico y, ergo, en la política internacional”. Trinkunas considera “lógico e inteligente enfocarse en otras partes del mundo donde las crisis y las amenazas a los intereses vitales de Estados Unidos son mayores”. El experto de Brookings, que sostiene que las relaciones interamericanas están “mejor de lo se piensa”, recuerda que “en comparación con otras partes del mundo, América Latina carece de grandes crisis”. Juan Carlos Hidalgo del CATO Institute, cree que la relación distante que Washington mantiene con algunos gobiernos “no implica que Estados Unidos haya descuidado a América Latina”. El experto recuerda que “durante la administración Bush, Washington negoció exitosamente acuerdos comerciales con diez países de la región”. Washington espera que la normalización de las relaciones con Cuba conduzca a unas mejores relaciones con América Latina. Pero las recientes tensiones entre Washington y Caracas tras las sanciones a siete funcionarios venezolanos demuestran que no será fácil.