Partidazo de ida y vuelta. Merecido reparto de puntos. Atlético estuvo dos veces abajo y dos veces lo emparejó, pero no pudo doblegarle el brazo a Guaraní y se llevó un 2-2 que lo priva de la punta.
En el mejor momento “decano” en el partido, Guaraní facturó por primera vez. Y para que doliera un poco más, el gol lo hizo un ex San Martín, Exequiel Narese, marcador de punta por decisión de José María Bianco, volante por vocación y con presente goleador.
Nada hacía prever el cimbronazo, porque Atlético, despacito, despacito, se había ido haciendo con el control de la pelota y del terreno después de una ráfaga inicial en la que estuvo groggy. Guaraní salió a asfixiar bien arriba y contó varias chances claras. Atlético resistió más por los reflejos de Cristian Lucchetti que por la inseguridad defensiva.
Pero para la media hora Atlético ya era el patrón de las acciones ofensivas: jugadas colectivas, remates de Luis Rodríguez, Fernando Evangelista al travesaño y Cristian Menéndez. Parecía que el gol estaba al caer. Y cayó, pero en el otro arco. En el segundo tiempo, Atlético puso justicia con un gol desde el vestuario: gran asistencia del “Pulguita” a Guillermo Acosta que tocó suave y la pelota entró pidiendo permiso para el 1-1.
La luna misionera parecía sonreírle al “decano”. Daba la impresión de que se llevaría por delante a un Guarani golpeado pero Pablo Garnier se durmió y Cristian Barinaga hizo poesía a los 53’: se metió en el área y cuando Lucchetti lo atoraba, el pelilargo se la picó.
Otra vez a remontar la cuesta. Y para el 2-2 cambiaron los intérpretes: córner ejecutado por Acosta y Rodríguez que cabecea para dejar inmóvil al 1 local.
El partido, intenso y entretenido, estaba para cualquiera. Los dos querían más pero se quedaron con las ganas. Guaraní mostró que está para dar pelea por no descender. Y Atlético, más allá de sus altibajos y desatenciones, no se baja ni se bajará de su candidatura.