Dos empleados del empresario Bruno Petech, uno de los socios- gerentes de la Compañía Cementera Lules, fueron detenidos anoche por la Policía.
Ambas aprehensiones se realizaron durante tres allanamientos que fueron ordenados por la fiscala del Centro Judicial Monteros Mónica García de Targa quien, a su vez, confirmó estas detenciones.
Fuentes de la investigación dijeron que estas medidas -que se realizaron en Tafí del Valle y en Lules- se hicieron en el marco de la causa que intenta determinar cómo ocurrió el enfrentamiento por la posesión de un terreno ubicado en el kilómetro 60 de la ruta 307.
Esa disputa sucedió el martes y terminó con un tiroteo que causó más de una decena de heridos. En ese violento episodio Petech, su hermano Rodolfo y al menos 10 empleados de su empresa se enfrentaron a un grupo de la Comunidad de Pueblos Diaguitas de Tafí del Valle.
Ante esta grave situación, la fiscala había ordenado los allanamientos. Según se informó, en el operativo que se realizó en Tafí de Valle la Policía secuestró camionetas y colectivos que le pertenecen a Petech. En tanto que en Lules se allanaron dos propiedades en las que se incautaron de cinco armas de fuego y unas 300 municiones de diferentes calibres. Entre las armas secuestradas había una pistola 11,25 (considerada un arma de guerra por su calibre) que tenía la numeración limada.
Fuentes judiciales adelantaron anoche que podría haber nuevas detenciones y allanamientos.
Descargo empresarial
Bruno Petech dialogó ayer a la mañana con LA GACETA para dar su versión acerca de cómo sucedieron estos hechos violentos. “En estas fotos (por las imágenes en las que se lo ve empuñando una pistola) ya me habían empezado a quemar el colectivo. Ahí es cuando aparezco con la caja con cartuchos y la pistola a gas, para intentar disuadirlos para que no me quemen más cosas. Los que estaban con capuchas me quemaron los baños químicos, los que filman son de ellos, y los que sacan fotos igual. Parece que yo estuviera como comisario pero resulta que me estaba defendiendo”, señaló.
En este sentido, el empresario también dijo que su hermano Rodolfo tenía las manos hinchadas por haberse defendido de los palazos que, según dijo, le propinaron los lugareños. “Cuando pasó esto fuimos a hacer la denuncia a la comisaría, pero el comisario nos sacó mal con un arma en la mano. ‘¡Retírense de aquí ya, (por) culpa de ustedes tengo este quilombo aquí!’, nos dijo. Bien tucumano, como si el valle fuera de ellos. (El comisario) Dardo Romano le dijo eso a mi hermano Antonio. El comisario nunca fue al lugar donde pasó esto, así que habla en base a lo que escucharon otros. Lo esperamos porque tenía los títulos de la propiedad, cinco días antes se los habíamos dejado”, agregó Petech.
El comisario Romano había acusado al empresario y a sus empleados de haber iniciado la balacera cuando la Policía intentaba controlar el enfrentamiento. “Para mí se trata de vandalismo, el fin de esto es porque ellos (por los lugareños) andan vendiendo terrenos. Los que se hacen llamar de la comunidad indígena lucran con los terrenos. Tengo 10 conocidos que les compraron a la comunidad indígena y tienen la carta documento del dueño de las tierras”, alegó Petech.
Arma de gas
En cuanto al uso de armas de fuego Petech dio una versión distinta a la había sido denunciada por el comisario Romano.
- El comisario dijo que usted les disparó a los lugareños...
-No disparé, no quería que se note que era una pistola a gas, quería disuadir. Lo mismo mi hermano esta en el hospital y nos llovieron las piedras. Los policías hicieron tiros al aire y se retiraron. Mi gente no fue preparada para lío, no eran albañiles.
-¿Y por qué tenían armas?
-No, no no. Una sola teníamos, del 16 y con un solo cartucho.
-¿Cuál era la necesidad de llevar una escopeta?
- No la teníamos ahí, estaba en el campamento donde tenemos la estación de servicio y tres viviendas. Quiero dejar algo en claro, no hubo ningún desalojo, a ninguna familia, no hubo ningún desalojo. Se decía por la radio que era un desalojo violento y que les estábamos pegando a criaturas, es mentira, si es desierto y no hay ninguna casa... No arrasaron y tuvimos que escapar cerca del río, hemos sido víctimas de una agresión tremenda, salvaje.
El martes Santiago Mamaní, uno de los miembros de la comunidad diaguita, al ser entrevistado por LA GACETA, dijo: “sin aviso previo vinieron a usurpar las tierras que son de la comunidad. La gente de la comunidad se reunió y los obligamos a retirarse, porque ellos no tenían ningún papel de propiedad o de desalojo. Sacaron armas de fuego y realizaron disparos. Nos defendimos con piedras, con palos, pero nada de armas”.