BRASILIA.- El presidente de la cámara baja del Congreso Federal brasileño advirtió que está analizando llevar adelante el juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff, admitiendo así la posibilidad de una destitución de la mandataria en ejercicio por primera vez en casi 23 años.
Eduardo Cunha, dirigente del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), dijo que el procedimiento sería un retroceso para la democracia, pero reconoció que espera recibir un análisis legal sobre el asunto en 30 días. “Solicité otro análisis legal y estoy esperando a leerlo yo mismo para llegar a una conclusión”, sostuvo Cunha.
Algunos legisladores de oposición han pedido un juicio político a Rousseff por supuestas irregularidades en el financiamiento de su campaña electoral, vinculadas a un escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras .
El nombre de Cunha también se ha mencionado en la investigación que realiza el máximo tribunal de justicia brasileño sobre las prácticas de corrupción en la empresa. Aunque en teoría el PMDB es parte de la coalición de gobierno, Cunha se ha jactado de las derrotas provocadas al Ejecutivo y su oposición se ha vuelto más enérgica cuanto más cercana está la posibilidad de que haya cargos formales contra la Presenta. Cunha incluso planteó la idea de que su partido -el PMDB- pudiera salir de la coalición de gobierno antes de las próximas elecciones -que se realizarán en 2018-, insinuando que la decisión “no es imposible”.
El PMDB, el mayor partido del país, selló su alianza con el gobernante Partido de los Trabajadores (PT) desde que la fuerza de izquierda llegó al poder en 2003, de la mano de Luiz Inacio Lula da Silva. Desde entonces, el partido no ha presentado candidatura propia a la presidencia y ha ocupado la vicepresidencia de manera ininterrumpida, ahora a cargo de Michel Temer. No obstante, desde que Rousseff asumió su primer mandato, en 2011, y especialmente desde que inició su segundo gobierno, en enero, la alianza entre ambos partidos ha ido en franco deterioro. Al día de hoy, la tensión ha llegado a un punto en que algunas de las mayores derrotas que la presidenta sufrió a manos del Congreso fueron lideradas por Cunha y el presidente del Senado, Renan Calheiros, otro de los líderes del PMDB. Hace unos meses, Cunha había rechazado enérgicamente la posibilidad de realizar un juicio político contra la mandataria.
Fiscales federales acusan que un grupo de proveedores de Petrobras aplicaron sobrecostos por miles de millones de dólares a la empresa por grandes contratos, a cambio de sobornos a ejecutivos y políticos, incluyendo algunos miembros del Partido de los Trabajadores (PT) al que pertenece Rousseff. La policía brasileña arrestó al tesorero del PT: Joao Vaccari fue acusado de pedir donativos políticos por los sobornos. La revista “Veja” reportó que el ejecutivo acusado de liderar el grupo de compañías de ingeniería, Pedro Barusco, confesó haber realizado contribuciones a la campaña de reelección de Rousseff con dinero de los contratos con sobreprecios. Rousseff y su partido han negado cualquier accionar impropio. La policía brasileña realizó esta semana los primeros allanamientos a legisladores sospechosos de haber aceptado sobornos. Incautaron lujosos vehículos de la casa del actual senador y ex presidente, Fernando Collor de Mello, quien fue sometido a un juicio político en 1992, aunque finalmente renunció al cargo. (Reuters-DPA)