BRASILIA.- El presidente de la Cámara Baja del Congreso brasileño, Eduardo Cunha, anunció su ruptura con el Gobierno de Dilma Rousseff, con lo que se agravaba la crisis política en la mayor economía de América Latina. Cunha, dirigente del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), acusó al Gobierno de Rousseff y al fiscal general, Rodrigo Janot, de conspirar para incriminarlo en el escándalo por prácticas de corrupción en la petrolera estatal Petrobras. “No puedo aceptar que el Gobierno use su maquinaria para la persecución política de quienes se vuelven en su contra”, dijo Cunha.
La pelea entre Cunha y Rousseff no significa que el PMDB se retire de la coalición, pero el congresista aseguró que pedirá la ruptura de la alianza en el congreso del partido. El PMDB es el mayor partido político de Brasil y Cunha es considerado un aspirante a la presidencia del país en las elecciones de 2018. La ruptura, que se veía venir, se anuncia un día después de que Cunha admitiera que está evaluando los argumentos legales para impulsar un juicio político a la mandataria por irregularidades en el financiamiento de su campaña electoral. Legisladores opositores vienen pidiendo que se realice el proceso contra Rousseff, pero Cunha, en su rol de titular de la Cámara Baja, tiene la responsabilidad de decidir si se inicia. La oposición de Cunha podría implicar más obstáculos a iniciativas que proponga el Gobierno, lo que complicaría los esfuerzos oficiales para fortalecer la economía y evitar que el país sufra un recorte de su calificación de crédito. La salida del congresista de la coalición oficialista fue provocada por el testimonio del lobbysta Julio Camargo, quien dijo que Cunha recibió U$S 5 millones en sobornos. Cunha negó esas acusaciones y dijo que Camargo había sido presionado a cambiar la declaración anterior. (Reuters)