El contador Víctor Pereyra no solo tiene una larga experiencia como dirigente agropecuario -fue presidente de la Sociedad Rural de Tucumán (SRT)-, sino que también cuenta con un amplio conocimiento como productor agrícola. Por eso, LA GACETA Rural lo entrevistó para conocer cómo se presenta la situación actual en el sector maicero de Tucumán. Los resultados agronómicos y económicos, las trabas a la comercialización, los altos costos de la logística y el de los fertilizantes, fueron parte de las consultas realizadas.

- ¿Cómo avanza la cosecha?

- En mi caso, falta bastante para terminar. Exploto unas 3.000 hectáreas ubicadas en el N y NE de Tucumán y límites con Santiago del Estero, en campos ubicados en las zonas de Garmendia, Rapelli y Monte Redondo.

- ¿Qué resultados agronómicos está obteniendo hasta ahora?

- No son malos, en general, los rindes culturales; son entre normales y buenos para esas zonas.

- ¿Cómo se presentan los resultados económicos del maizal?

- Los rendimientos económicos son desastrosos por la caída de los precios internacionales del maíz. Si a esto le agregamos las retenciones, la brecha cambiaria y los altos costos argentinos, donde la logística, el flete, nos toma el 50% del precio, entonces estamos con un contexto muy complejo.

- ¿Qué incidencia tienen los fertilizantes en los costos?

- Los fertilizantes están muy caros. Como estamos cuidando nuestros números y los agricultores tenemos una menor capacidad financiera, estamos utilizando menos fertilizantes, por lo que los lotes están expresando una merma en sus rendimientos. Incluso, la Cámara de Fertilizantes de la Argentina reconoce que en el país, este año, las ventas decrecieron.

- Un contexto difícil

- Sin dudas. Los productores no contamos con medios financieros y económicos suficientes y adecuados. Entonces, castigamos a los fertilizantes, y ahí nos ponemos a rezar para tener buenas lluvias. Pero como este año las precipitaciones presentaron muchos baches, las plagas se hicieron presentes, y como son muy altos los costos para controlarlas, no pudimos todos los tratamientos.

- ¿Y cuál es el futuro?

- Si esto no cambia, se está firmando el certificado de defunción de la producción maicera. Para nosotros es vital el maíz, para rotar el suelo. Si no, estamos destruyendo el ‘patrimonio suelo’. Con estas condiciones no podemos seguir haciendo maíz. Entre tecnologías, insumos e inflación por costos internos, esto es un círculo vicioso.

- ¿Qué se puede hacer?

- Tenemos las retenciones y los ROE (Registros de Operaciones de Exportación), que son la intervención más patética de los mercados. Es el manejo discrecional del Estado. Sin retenciones, sin ROE y sin brecha cambiaria, volveremos a tener un maíz que sea rentable y sustentable en el manejo soja-maíz.

- Pero hay otros problemas.

- Eso es claro. Por ejemplo: la logística y los altos volúmenes para transportar, como no existe un flete ferroviario, tenemos que hacerlo en camiones, en muchos camiones. Además, como estamos en invierno, en plena cosecha, y falta gas en los puertos, los exportadores nos exigen que enviemos el grano seco, acondicionado, porque caso contrario nos bajan el precio de pago. Por eso, la logística atraviesa una situación compleja.

- Esto exige mayores esfuerzos.

- Hoy, cualquier empresa agropecuaria debe contar con una infraestructura administrativa para poder seguir de cerca la evolución de costos y precios, de tal manera de tomar las mejores decisiones en los momentos adecuados. Por eso, el productor, que no puede acceder a esta infraestructura es quien la pasa peor. Además, como en el sur del país se hace mucho ‘flete corto’, esto limita la posibilidad de que muchos camiones vengan al NOA para poder enviar nuestras cargas a los puertos.