El productor Rubén Argente trazó un panorama con muchas dificultades en el horizonte frutillero.

- ¿Qué grado de avance tiene la campaña de frutilla 2015 en Tucumán, y qué producción estiman y cuál es el estado sanitario?

- La campaña viene bastante retrasada por plantaciones tardías y por las lluvias de agosto. La estimación del volumen de producción es bajo y es menor si lo relacionamos con 2014. Si hacemos una comparación entre 2014 (330 ha) y 2015 tenemos alrededor de 30 ha menos plantadas.

La calidad de la fruta es mala, debido a las condiciones adversas del clima, con lluvias y luego altas temperaturas. Esto afectó la calidad, no pudiendo acceder a los mercados concentradores, además, que nos quitó rendimiento.

- ¿Cuál es la situación productiva que enfrentan los frutilleros; cómo proyectan la comercialización y/o exportación?

- La situación es incierta; con las lluvias y el calor, perdimos alrededor del 40% de la fruta primicia que se destina a fresco. Esto lleva a que, al momento de que las condiciones climáticas mejoran, los productores salen con mucho volumen y los precios del mercado caen drásticamente.

- Las economías regionales de todo el país atraviesan por diversos problemas, y estimamos que la frutilla debe tener los suyos.

- Como toda economía regional, la situación macroeconómica está afectando, y mucho, a nuestra actividad. Para graficar esta problemática: Tucumán perdió en estos últimos 8 años más de 450 ha plantadas. En la temporada 2007/2008, teníamos casi 800 ha plantadas, cuyo principal destino era el mercado de exportación. Debido a la pérdida de competitividad, atraso cambiario, mala política exterior (en EEUU, uno de nuestros principales mercados, nuestra fruta ingresaba con arancel 0%; luego de 2011, debemos pagar un arancel del 11% para poder ingresar a ese mercado). Todo esto nos llevó a ir perdiendo, de a poco, el mercado ganado y ya no es viable exportar. Por ello es que cada vez se achica la cantidad plantada.

En lo que se refiere a la problemática local, la lluvia de marzo hizo desbordar el río Lules, causando muchas pérdidas, con roturas en el riego presurizado y daños en las fincas aledañas al río, que aún perduran y que para el próximo período de verano pone en mayor riesgo nuestra actividad y nuestra ciudad, amenazada por un nuevo desborde del río Lules si no lo encausan.

- ¿Puede trazar una proyección para 2016 y años venideros?

- Hoy puedo decir que la actividad no tiene futuro, no podemos proyectar nada.

En 2003, comenzamos un proceso de expansión gracias a la apertura de los mercados internacionales, invertimos fuertemente en equipamiento de frío, infraestructura, certificaciones de calidad con normas internacionales, capacitación de personal, etc. Eso mismo, hoy es el salvavidas de plomo que estamos acarreando con alta presión tributaria, muchas cargas sociales y costos fijos demasiado altos, para una infraestructura que necesita sólo el 30% de la capacidad instalada. Lamentablemente, si la situación no cambia, el futuro es bastante preocupante.