El año 2015 está complicado para la producción de frutilla en Tucumán. El otoño y el invierno fueron excesivamente lluviosos, húmedos y con muchos días nublados. Las precipitaciones de comienzos del otoño saturaron los suelos, impidiendo su correcta preparación y atrasando las plantaciones, que terminaron realizándose con hasta un mes de retraso, afirmó Daniel Kirschbaum, técnico del INTA Famaillá.

“Esto es negativo para Tucumán, porque él éxito económico de nuestro cultivo de frutilla depende, fundamentalmente, de la producción temprana o de primicia, y plantar tarde implica perder una gran porción de esa producción”, que se extiende de mayo a agosto, con precios que van de máximos a intermedios en la medida que nos acercamos a la primavera. A esto “se sumaron problemas de calidad y sanidad de los plantines en muchos casos”. Al ser un año húmedo, “hubo pérdidas de plantas por hongos patógenos que habitan el suelo”. Luego, “en plantas ya en cosecha, las lluvias causaron daños directos a la fruta y crearon condiciones predisponentes para el ataque de botrytis”, un hongo devastador que ataca la fruta en períodos muy húmedos y fríos.

“En los últimos días de agosto, el tiempo se fue tornando más seco, cálido y luminoso, lo cual es bueno para la planta, pero también lo es para la ‘arañuela roja’, la principal plaga de la frutilla”. Ya se han registrado numerosos focos de este ácaro en las plantaciones locales.

“Para prevenir el ataque del mismo, es básico evitar la acumulación de polvo sobre las plantas, lo cual se logra manteniendo regados los caminos perimetrales y utilizando el riego por aspersión para lavar las plantas”, periódicamente.

El monitoreo del cultivo para detectar tempranamente la presencia de la plaga es fundamental para controlarla o prevenir la dispersión de la misma. En Tucumán, en el agroecosistema frutilla hay al menos 10 especies de enemigos naturales de la ‘arañuela roja’, que actúan como fuertes aliados del productor en la regulación de las poblaciones de arañuelas, y deben ser tenidos en cuenta en las estrategias de manejo de la plaga. Si esta se desborda, existen acaricidas de origen químico, biológico y en base a aceites vegetales que, adecuadamente aplicados, pueden ayudar a frenar la expansión de la plaga, evitando que se disperse a sectores no infestados de la plantación. Cuando se recurre a productos químicos, como por ejemplo la ‘abamectina’ o el ‘hexythiazox’, es fundamental respetar las dosis, el número de aplicaciones y los tiempos de carencia, utilizando pulverizadoras adecuadas y reguladas.

Superficie

Con respecto a la superficie destinada a frutilla en Tucumán, se ha estabilizado en 310 ha. Los principales factores que limitan la expansión del cultivo son sus altos costos de producción, incertidumbre de obtención de fruta primicia por cuestiones climáticas, altos fletes, bajos precios de la fruta industria y caída de las exportaciones. Sin embargo, a escala de pequeños agricultores y/o agricultores familiares diversificados, que venden en la zona y en el Mercofrut, y que cuentan con mano de obra familiar, la situación es más favorable, pero la superficie y los volúmenes de frutilla que este segmento maneja son muy bajos en Tucumán.