Daniel Bianciotti es un profesional del agro que se dedica a producir frutillas. LA GACETA Rural lo entrevistó para conocer qué opinión tiene sobre la actualidad que atraviesa la actividad en Tucumán.

- ¿Cómo viene la campaña de frutilla en Tucumán y qué producción prevén alcanzar?

- A la fecha avanzó el 25% del rendimiento total esperado. Este año tenemos unas 300 ha implantadas, levemente inferior al 2014 (un 10% menos).

- Las lluvias de agosto y las altas temperaturas que tuvimos para agosto, ¿impactaron en la frutilla?

- El estado sanitario de la plantación bueno, no así el estado sanitario de la fruta que quedó muy afectada por el exceso de lluvias. Hay que tener en cuenta que todo el período de cosecha (junio a noviembre) transcurre durante la temporada seca, por lo que cualquier lluvia importante -en este período- afecta al cultivo.

Durante junio, julio, agosto e inicio de septiembre, Tucumán participa en el mercado de fruta fresca (fruta de mesa), y actualmente estamos llegando a los mercados con algunos problemas de calidad.

- ¿Cuál es la situación productiva, en general, que enfrentan los frutilleros locales?

- Tucumán participa con el 40% aproximado de su producción en el mercado de fruta de mesa, y con un 60% (fin de setiembre, octubre y noviembre) en el mercado de fruta industrial (frutillas congeladas) (para mermeladas, lácteos, heladerías, etc).

En exportación, posiblemente se haga en pequeña escala, como fruta industrial congelada, dentro del 60% que se destina a industria con una participación aproximada sobre el total de alrededor un 15 %.

- Como economía regional, ¿el sector frutillero enfrenta problemas productivos y comerciales?

- Las economías regionales pasan por un pésimo momento en nuestro país, y el sector frutillero no es la excepción. Hasta 2009, nuestro sector había ubicado a Tucumán como primer exportador nacional de frutillas congeladas para industria, con 800 ha cultivas con epicentro en Lules, y unas 15.000 tn exportadas anualmente.

En la actualidad, las exportaciones se ubican en escasas 2000 tn y, por ende, la superficie cultivada cayó a 300 ha. (hectáreas que todavía son demasiadas para abastecer a nuestro mercado interno).

¿Por qué dejamos de exportar 13.000 tn desde Tucumán? Simplemente porque nos transformamos en no competitivos. Si bien los precios internacionales son relativamente aceptables, no cubren nuestros costos de producción.

- ¿Enfrenta otros tipos de problemas la actividad?

- Como inconvenientes puedo mencionar varios: A) Los aranceles: Hasta 2009, en EEUU teníamos aranceles preferenciales 0% renovables anualmente (igual que otros países como Chile, Perú y otros), pero esa preferencia ha sido renovada para los otros países pero no para Argentina, que pasó a ser del 11,5% (quiere decir que debemos vender a un 11,5% más barato que los otros países para poder competir); B) Las retenciones: La exportación de frutilla congelada está gravada con un 2,5% de retenciones (quiere decir que el precio se achica un 25% más); C) Los costos: Debido a los procesos inflacionarios de los últimos tiempos, el costo del cultivo de frutilla se ha duplicado en dólares en los últimos tiempos. Hasta 2009, plantar 1 ha de frutilla nos costaba unos U$S 15.000 y actualmente cuesta alrededor de U$S 30.000 (aclaro que tomamos los costos en este tipo de moneda, porque por tratarse de exportación cobramos el equivalente en pesos del valor en dólares de la mercadería exportada), para el caso de costos y de cobros hablamos de dólar oficial que cotiza a $ 9,20; D) La devolución del IVA y los reintegros: Recién se concreta mucho tiempo después de haberse efectuado la exportación.

- Fuera de las exportaciones, ¿hay otros factores que afectan esta economía?

- Sí, por supuesto. Tenemos alta presión tributaria, alto costo de cargas sociales y alto costo de fletes a los mercados.

En abril de este año, como es de público conocimiento, las intensas precipitaciones caídas en Tucumán generaron múltiples inconvenientes, como caída de puentes, desbordes de ríos, daños en sistemas de riego, etc.

En el caso preciso de Lules, que es el epicentro del cultivo de frutilla en Tucumán, quedamos aislados por la caída del puente sobre el río Lules, en el preciso momento que se iniciaban las plantaciones.

Nos quedamos también sin riego, porque el río se llevó todas las tomas de agua, además de que los daños causados por el río Lules en la Quebrada de Lules son cuantiosos.

A la fecha, hace una semana que el puente está reparado, el sistema de riego está precariamente funcionando, pero a los daños causados en la Quebrada de Lules no se les dio ninguna solución, situación que puede agravarse aún más cuando se inicie la próxima temporada de lluvias.

- ¿Puede trazar una proyección para 2016 y años venideros para el sector frutillero de Tucumán?

- De perdurar las condiciones predisponentes actuales, indudablemente se seguirá achicando la superficie implantada.