Luego de transcurrir otra semana con buen clima, el cultivo de trigo comienza a transitar etapas críticas de encañazón sobre gran parte de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. Mientras tanto, sobre el sector Norte de la región agrícola, el trigo comienza a espigar en muy buenas condiciones. Hacia el Sur, en la región bonaerense, la mayor parte del área sembrada aún macolla, y en zonas afectadas por las abundantes lluvias de agosto, el nivel de agua comenzó a descender.

Luego de recorrer el Centro de Buenos Aires y junto con los datos relevados en el resto de las zonas comprometidas por inundaciones, se calcula que la superficie perdida de trigo por excesos hídricos asciende a 85.000 ha, que equivale al 2,3 % de las 3,7 millones de ha implantadas en el país en este ciclo.

En el Norte de la región agrícola, el trigo comenzó a “espigar” en el NOA, en muy buena condición y con oferta hídrica adecuada. Pese a este buen panorama, los niveles de tecnología aplicada han descendido y las primeras expectativas de rinde ubican al cultivo por debajo de los 10 qq/Ha. Hacia el Este, en EL NEA, también hay lotes “espigando”, bajo condiciones hídricas favorables y reflejando una buena condición del cultivo. En esta última zona, las primeras expectativas de rinde rondan los 15 qq/Ha.

Hacia el Sur, en Santa Fe, se relevaron pérdidas de lotes por anegamiento en el centro y sur de la provincia, mientras que, en el norte, el daño provocado por las fuertes lluvias es menor. En paralelo, el riesgo sanitario es importante y comenzó a detectarse “roya” y “mancha amarilla”.

Similar panorama se relevó en el Centro-Este de Entre Ríos, en donde parte del área implantada registra una condición regular debido a los excesos hídricos acumulados en agosto. A pesar de esto, en términos generales, la mayor parte del área afectada por inundaciones logró recuperarse y el cereal comienza a transitar “encañazón”.

En Córdoba (Centro-Norte), gran parte del área implantada transita etapas de “encañazón”, donde la oferta hídrica es adecuada y el cultivo está en buena condición, con presencia de “mancha amarilla” y “roya”. Se estima que la mayor parte del área llegaría a cosecha. Hacia el Sur de la provincia, se relevan deficiencias hídricas en la periferia de Río Cuarto, General Deheza y en sectores de Vicuña Mackenna, con menos ‘encañado’.

En el Norte de la Pampa y Oeste de Buenos Aires se relevó un gradiente negativo de oferta hídrica en dirección este-oeste. En consecuencia, los lotes ubicados en La Pampa reflejan una condición de regular a mala, debido al desabastecimiento hídrico, mientras que el área implantada en el Oeste bonaerense tiene buena condición.

Sobre el Centro de Buenos Aires, los partidos más comprometidos por excesos hídricos se ubican en el sector Este de la región, en donde predominan ambientes ganaderos por sobre la actividad agrícola.

Finalmente, los núcleos trigueros ubicados al sur de Buenos Aires registran cuadros transitando “macollaje”, y reflejando una condición de cultivo de buena a muy buena. En ambas zonas, algunos productores ya comienzan a realizar prácticas de refertilización y aplican urea.