La situación actual del campo tucumano, regional y nacional no es para nada buena, a lo que se le suma -en nuestro caso- la grave crisis política, debido a las elecciones provinciales pasadas, que hacen que lo urgente reemplace a lo importante, que en el caso productivo es la supervivencia de las diferentes economías regionales, que sostienen la generación de riqueza de nuestra provincia.

Lo que se está viviendo actualmente en Tucumán preocupa por el futuro inmediato, ya que a las autoridades provinciales y nacionales le preocupa más quién será el gobernador a fin de año, y poco o nada qué es lo que pasará con la actividad azucarera, granaria, tabacalera, hortícola, frutícola y ganadera en el corto, mediano y largo plazo.

Ejemplos bastan y sobran, ya que se acentúan los malos y regulares años productivos y económicos que se vienen dando desde hace tiempo atrás, por lo que el panorama no es nada alentador y poco o nada hicieron para revertir la situación.

La actividad azucarera, que ya alcanza el 50% de la molienda, continua con los precios deprimidos que no alcanzan a cubrir los altos costos de producción actuales, a pesar de los esfuerzos para retirar el porcentaje de azúcar del mercado interno estimado por el IPAAT.

Crisis de los granos

La campaña de granos gruesos finalizó y los números en soja apenas cerraron, para aquellos que lograron cosechar un rendimiento de indiferencia cada vez más alto, y los que cosecharon maíz ni hablar, ya que todavía hay productores que tienen maíz de la campaña pasada sin vender. En poroto y garbanzo la situación es también grave.

En trigo, un cultivo que está en plena floración y llenado en el NOA y con una muy baja superficie sembrada, continua año tras año en baja a nivel nacional. Se estima que la cosecha de trigo, para la temporada 2015/16, será de tan sólo 8,5 millones de toneladas, una de las más bajas de la historia de los últimos 45 años. Así lo asegura el último informe semanal de la Bolsa de Cereales, que sostiene que para encontrar guarismos similares hay que remitirse a la década del ‘70. Como ejemplos, recuerda que en la zafra 1970/71 se obtuvo una producción de 4,9 millones de tn, y de otras 5,35 millones de tn en el ciclo 1971/72. Afirman que, en aquellos años, hubo inconvenientes climáticos que perjudicaron la evolución de los cultivos. Y el área sembrada disminuía porque muchos productores no aceptaban el control de precios impuesto por el Gobierno de ese momento. Y los rindes promedios de trigo eran de 1.200 a 1.500 kilos por hectárea, mientras que hoy llegan a entre 2.800 y 3.000 kg/ha.

Peso propio

En ese informe también se señala que, entre la década de los ‘90 y el año 2008, Argentina tuvo una fuerte participación en los mercados internacionales, al producir entre 13 y 15 millones de toneladas por año, generando un saldo exportable de 7 a 9 millones de tn anuales, y que el gran factor que influye en la producción final es el clima.

Actualmente, al ver las estadísticas se infiere que cuando tuvimos cosechas pequeñas, el clima fue el gran culpable. En otros casos, fueron las políticas de los Gobiernos de turno que, con medidas erróneas, contribuyeron a deteriorar los resultados económicos de los productores e influyeron en la decisión del hombre de campo de sembrar o no trigo.

Limitaciones

Pero al analizar las razones por las cuales el país está en las vísperas de una de las peores cosechas de trigo, se advierte que el principal responsable son las políticas equivocadas del Gobierno.

Si realmente se continúan con estas políticas, las intenciones de siembra del sector no sólo en trigo, sino también en los demás granos, seguirán disminuyendo.

En soja tienen el 35% de retenciones, en el maíz ronda el 20%, en trigo el 23% a lo que se suma el cepo cambiario; de la falta de insumos importados y la poca transparencia de los mercados internos, la peor medida es la imposibilidad de exportar libremente muchos de esos granos, lo que complica aún más la situación de los productores.

Es necesario reiterar que si se sigue de esta manera, sólo seguiremos matando a la gallina de los huevos de oro y los que más sufrirán son los pequeños y medianos productores, ya que los grandes, ya sea por su escala, o su eficiencia si es que las tienen y los volúmenes para negociar, terminan siendo al final los beneficiados.

Es urgente que se tomen medidas de política agropecuaria que fomenten la producción, tanto a nivel provincial como nacional, para que la gente de campo siga viviendo en su tierra y siga haciendo lo que sabe hacer: sembrar, y no tener que salir a protestar en las plazas, en las calles y en las rutas de la provincia y en cualquier punto del país.