El Gobierno podría concluir su mandato, el próximo 10 de diciembre, con el cierre, en total, de 142 plantas frigoríficas en los últimos cinco años, según advierten en el sector. Hasta el momento se perdieron 138 frigoríficos por la caída de más del 70% de las exportaciones y ante una fuerte escasez de novillos para faena debido a que disminuyeron 51% las existencias de esta categoría de animales.

De acuerdo con fuentes de la industria cárnica, hay tres frigoríficos que están comprometidos. Aunque no quisieron revelar sus nombres para no exponer su situación, dos de ellos se encuentran en la provincia de Buenos Aires y el restante, en Santa Fe. Entre los tres suman más de 2.000 empleados. “Son empresas nacionales, y entre los tres faenan de 1.500 a 1.800 animales por día”, contó una de las fuentes consultadas.

En las últimas horas se conoció, en Bariloche, que los dueños del frigorífico Arroyo anunciaron el cese de actividades de su empresa con 70 empleados. Según consignó el portal ANB, los propietarios se quejaron de las demoras en el corrimiento de la barrera sanitaria por parte del Gobierno nacional, para que pudiera comercializar su carne más al Sur. De esta manera, con el cierre del frigorífico Bariloche, y de concretarse los otros en las provincias de Buenos Aires y Santa Fe, el total de plantas que bajaron sus persianas podría elevarse al final del gobierno de Cristina Fernández a 142. Se estima que hasta el momento se perdieron también unos 20.000 empleos.

En su habitual informe mensual sobre el mercado, la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (Ciccra) alertó justamente de que “existe riesgo de quiebre de empresas antes del 10 de diciembre”.

Y el presidente de la entidad, Miguel Schiariti, lo explicó con estas palabras: “A pesar de los enormes esfuerzos que realiza la industria exportadora nacional por mantenerse activa hasta el 10 de diciembre, tomando esa fecha como el hito de un posible cambio de política macroeconómica, da toda la sensación de que algunas empresas no lo lograrán y es posible que ni siquiera lleguen a las elecciones”.

Para Ciccra, los motivos que llevarían a este desenlace tienen que ver con los costos y la pérdida de competitividad del país frente a otros competidores clave como Brasil, donde la devaluación del real impulsó a su negocio.

De acuerdo con la entidad, mientras en 2005 el costo laboral era de U$S 900 por operario, hoy ronda los U$S 2.000. En cambio, cayó el valor del negocio de la actividad. Para citar un ejemplo, el precio de la cuota Hilton (cortes de alta calidad para Europa) pasó de U$S 17.800/tn, en 2005, a U$S 13.300 en la actualidad. “En 2005, con el monto obtenido por la venta de 1 tn de cuota Hilton se podían pagar 19,8 sueldos de operarios. Hoy, con los U$S 13.300 que se pueden obtener por 1 tn de Cuota Hilton sólo se pueden abonar 6,7 sueldos”, precisó el trabajo.

Para Brasil, que el año pasado colocó en el exterior casi diez veces más carne que la Argentina, el precio por kilo/gancho de novillo de exportación es de U$S 2,40, contra U$S 4,20 de la industria local, que se ve obligada a vender a valores bajos. Los industriales argentinos pagan 15% de retenciones, cuando sus pares brasileños no tienen esta carga.

La semana pasada, el Consorcio de Exportadores de Carnes (ABC), donde se agrupan las principales empresas, ya había alertado sobre la situación de la industria. “Ya se han perdido más de 3.000 puestos de trabajo en el año y es probable que este número aumente en las próximas semanas”, afirmó en un comunicado.