“Nos estamos dando maña”. A un mes de asumir, Mariano Campero (ApB), el nuevo intendente de Yerba Buena cuenta que los primeros días han sido difíciles en la “tierra arrasada”, como caracteriza el estado en el que dejó la intendencia de Yerba Buena su antecesor Daniel Toledo (FpV). Afirma, sin embargo, que de a poco está comenzando a poner en marcha la administración.
Campero no duda en afirmar que lo que más le llamó la atención apenas puso un pie en la gestión fue el “desorden” generalizado. “No había inventarios de nada y había pocos empleados trabajando en la calle. Se había desgastado el sistema público en los últimos años, se confundía con lo privado”, asegura. El joven radical afirma que lo primero que pusieron en marcha fue la recolección de los residuos por zonas y la limpieza, que los varitas salgan a la calle e iniciar los trámites para bancarizar la recaudación de impuestos. “Salí a acompañar a los empleados a recolectar la basura. Para poder optimizar las tareas es necesario conocer cómo es el trabajo. Por el momento, sólo nombramos funcionarios”, ejemplificó.
Campero reconoció que necesitará ayuda de la Provincia para el pago de salarios por el momento, pero que están emprendiendo acciones para mejorar la recaudación impositiva en la “Ciudad Jardín”. “El pago de tributos no se encontraba bancarizado, se pagaba sólo por ventanilla, con todo lo que eso implica. No permitía que el núcleo recaudatorio fuera eficiente; estamos sistematizando todo”, anunció. Afirmó que sus funcionarios viajaron a Buenos Aires para acordar con el Banco Macro que los vecinos puedan pagar en esa entidad y que se reunieron con Catastro para ordenar los registros de los inmuebles. “Nuestra tecnología es nula. Nos donaron un par de computadoras y estamos trabajando en conjunto”, agradeció. Aseguró que el alto índice de morosidad responde a estos factores. Anunció que implementarán planes de facilidades de pago.
“También nos pusimos de acuerdo con la empresa que lleva adelante la obra en el Boulevard 9 de Julio y se está rompiendo Camino del Perú. Estamos limpiando el canal Caínzo y rellenamos los baches con áridos que sacamos. Nos damos maña”, reiteró entusiasmado. “Esta será la mejor ciudad del norte, me siento muy acompañado por los vecinos”, expresó.
LA GACETA publicó una serie de notas sobre el calamitoso estado del edificio municipal, en el que no funcionaba el baño, los techos se llovían y el mobiliario era obsoleto Los empleados, según funcionarios de Campero, no contaban con los insumos mínimos para trabajar. En el Concejo, en tanto, no había teléfono, computadoras ni aire acondicionado.