BUENOS AIRES.- Alejandro Vanoli dejó ayer la presidencia del Banco Central (BCRA), en el último día del mandato de la presidenta Cristina Fernández, jaqueado por una denuncia penal en su contra por presunta defraudación a la administración pública. Su cargo será ocupado por Federico Sturzenegger, designado por el presidente electo, Mauricio Macri.
Vanoli fue presidente del BCRA desde el 2 de octubre de 2014, tras la salida de su antecesor, Juan Carlos Fábrega, y luego de desempeñarse durante ocho años en la Comisión Nacional de Valores (CNV), donde ejerció la titularidad desde 2009. Tras presentar su dimisión, deja el cargo en manos de Sturzenegger, doctor en Economía por el Massachusetts Institute of Technology (MIT) y ex viceministro de Economía del Gobierno de Fernando de la Rúa (1999-2001).
Vanoli recibió ayer a su sucesor, con el fin de informarle en qué estado dejaba la presidencia de la autoridad monetaria nacional, pese a que tenía mandato hasta 2019. Durante su gestión, las reservas acusaron una caída de casi U$S 3.000 millones. Cuando asumió, esas reservas eran de U$S 27.921 millones y una relación con la base monetaria de $ 14,76 por dólar y se retira con fondos atesorados que ayer llegaron a los U$S 25.080 millones, con una relación de $ 24,42 por cada divisa estadounidense.
“Por separado, Vanoli puso en conocimiento de Sturzenegger las gestiones que se han realizado en los últimos meses destinadas a fortalecer el nivel de las reservas internacionales y dio precisiones sobre los proyectos en curso para emitir nuevos billetes de mayor denominación”, se informó desde el BCRA a través de un comunicado. Además, destacó que “el encuentro se desarrolló en términos cordiales y resultó productivo con vistas al objetivo de garantizar un traspaso ordenado”.
Según se desprende de las seis páginas del texto de renuncia presentada a Cristina Fernández “de forma indeclinable”, Vanoli tomó la decisión “en el marco del resultado electoral”, volvió a defenderse de la denuncia penal en su contra y criticó a los productores agrícolas por el stock de granos no liquidados. Precisamente, dos diputados del frente Cambiemos denunciaron penalmente, el 30 de octubre, a Vanoli y al directorio de la entidad por las operaciones de venta de dólares a futuro.
La denuncia recayó en el Juzgado Federal número 11, cuyo titular es Claudio Bonadio, el juez que investiga a empresas de la familia presidencial -Hotesur SA- y fue denunciado por el Gobierno en el Consejo de la Magistratura. El fiscal de la causa decidió imputar a Vanoli y a otros directivos de esa entidad.
Las derivaciones
La denuncia derivó en la paralización total de todos los mercados de futuro de dólar de la Argentina y abrió un interrogante sobre la liquidación de los contratos pendientes.
Analistas estimaron que el Banco Central debería pagar entre $ 50.000 millones y $ 100.000 millones a los inversores a los que les vendió contratos de dólar a un precio sensiblemente menor al que se espera que tendrán entre enero y marzo del año que viene.
Sin embargo, en el texto de la renuncia de ayer, Vanoli consideró que el Banco Central “ha utilizado los contratos de futuros de dólar como una herramienta orientada a evitar la volatilidad del mercado”. “Se trata de contratos que se compensan en pesos, por lo cual no tienen repercusión en las reservas. Tampoco tendrán impacto en el patrimonio de la institución”, mencionó Vanoli en la misiva enviada en la tarde de ayer a la Presidenta.
El titular de la autoridad monetaria defendió además el nivel de reservas internacionales. “Aunque desde distintos sectores se intenta instalar que las reservas están en cero, la realidad indica otra cosa”, mencionó en el texto de la renuncia Vanoli y mencionó que “existen divisas retenidas en forma de granos por un monto superior a los U$S 11.000 millones”.
Además, afirmó que “es el Banco Central y no el mercado el que debe administrar el tipo de cambio” y que “la brusca devaluación de la moneda no es un camino inevitable que debe seguir la economía nacional”.
“Una devaluación no es consecuencia nacional del devenir económico: se trata de una decisión política cuyas consecuencias deben asumirse”, manifestó.
Vanoli completó que “nunca estuvo” en su ánimo “concebir una eventual permanencia en el cargo como obstáculo para el buen ejercicio del gobierno de las autoridades electas, así como tampoco idear forma alguna de resistencia para mantener un cargo por apetencia personal”.
“Creo oportuno señalar que sería procedente analizar la pertinencia de una modificación normativa que permitiera hacer coincidir el inicio y el final del mandato del Presidente del Banco Central con el Presidente de la República”, propuso. (DyN-Reuters)