Se inició la cosecha del cultivo de caña en Tucumán, en una campaña particular que cuenta con un remanente sin cosechar del año pasado cercano al 12% de la superficie actual. En este sentido, los técnicos del INTA Famaillá, Roberto Sopena y Roberto Rodríguez brindan una serie de recomendaciones para que el final del proceso productivo se logre con la mayor eficiencia posible.

Las claves principales son el conocimiento previo de la calidad de la materia prima y del momento óptimo de cosecha, la minimización de las pérdidas durante esta etapa y una medida de planificación de entrega de la caña al ingenio.

Los primeros relevamientos en lotes que comenzaron a cosecharse en el este tucumano detectaron dos problemas relacionados con el trash (materias extrañas o impurezas) y la calidad de la cosecha.

Por un lado, materia prima que se ve afectada por el ingreso de tierra junto a las cepas ante el pasaje de la cosechadora, producto del corte basal en terrenos con humedad o blandos.

Trash vegetal

El otro inconveniente está vinculado con el trash vegetal, por hojas que se adhieren al material molible cuando aumenta la humedad ambiente (se registran valores de trash de 4% a 6%, entre las 11 y las 17, y de un 8% a un 12% en las horas restantes del día).

Para enfrentar estos inconvenientes, los productores y técnicos de la agroindustria cañera deberán encontrar un punto de equilibrio entre las pérdidas de materia prima y trash, trabajando con el extractor primario a 1.100 rpm, entre las 11 y las 17, y a 1.200 rpm cuando la humedad comience a generar problemas durante el resto del día, con lo cual se bajaría el trash de un 11% a un 6% o 7%.

Caña del año 2015

Por otra parte, ante la posibilidad de recolectar la caña que quedó en pie desde la zafra 2015, los cañeros podrán considerar algunas cuestiones particulares en esos lotes que permitirán reducir las pérdidas:

• Controlar la velocidad de avance de la máquina, que no debe superar los 4 km/h, independientemente de que en la zona este de Tucumán los rendimientos actuales para ‘socas adultas’ se encuentren cercanos a los 1.000 kg/surco y para ‘socas jóvenes’, cercanos a las 1.200 kg/surco.

• Trabajar con mayor velocidad en los sistemas de limpieza, sin superar las 1.100 rpm o hasta las 1.150 rpm.

• Verificar con mayor frecuencia el estado de las cuchillas de corte basal, trozadoras y aspas del ventilador, ya que es posible un mayor desgaste y la necesidad de recambios más frecuentes.

• Revisar el estado de los divisores de surcos y, en general, los mecanismos y piezas del cabezal de recolección de la máquina, debido a que la tarea será más exigente por el tipo de cañaveral.

Muestreo de pérdidas

Recordemos que las pérdidas durante la recolección de la caña deben estar por debajo del 3%, para que la cosecha se considere óptima.

Entre las condiciones asociadas al cultivo que predisponen a que se produzcan mayores pérdidas se encuentran el vuelco, la falta de espaciamiento uniforme entre surcos en la plantación, los terrenos irregulares y la baja producción (los tallos más livianos inducen a mayores pérdidas por soplado).

En cuanto a las pérdidas vinculadas al operario o a la máquina, está la falta de capacitación y/o concientización sobre la tarea, la excesiva velocidad de avance (lo recomendado es a entre 4,5 km/h y 5,5 km/h) y la regulación inadecuada del equipo (la velocidad excesiva de los sistemas de limpieza -por arriba de las 1.150 rpm del extractor primario- eleva los niveles de pérdidas).

Cómo trabajar

Ante esta situación, los técnicos e investigadores del INTA Famaillá propone la implementación de un sistema de muestreo de pérdidas -probado en las últimas campañas-, que permite evaluar la calidad de las operaciones de cosecha en tiempos razonables con una metodología y equipamientos simples y económicos.

Para recolectar las muestras que permitan determinar y cuantificar las pérdidas de materia prima, se deben cumplir cuatro pasos muy sencillos:

Paso 1: dentro del lote cosechado, delimitar un área de 20 surcos por la longitud completa del tablón. Escoger 15 puntos de muestreo, descartando al menos 20 m desde cada cabecera.

Paso 2: en cada punto de muestreo, colocar un marco rectangular de 50 cm x 80 cm, de centro de surco a centro de trocha y, luego, moverlo hacia la otra mitad del surco-trocha.

Paso 3: recolectar todo el material considerado ‘molible’ dentro del marco (caña entera no recolectada, tocones cortados por arriba de lo normal, porciones maduras adheridas al cogollo, trozos enteros y trozos desmenuzados) y separarlo de acuerdo a los distintos tipos de pérdidas:

• Precosecha: caña entera, tocones cortados por arriba de lo normal, despuntes bajos.

• Caña soplada: trozos desmenuzados por efecto del golpe con las paletas del extractor primario.

• Caña trozada: material molible con corte neto en ambos lados, que cayó en la mesa de la cosechadora y de allí en el lote por efecto de las cuchillas trozadoras y pateadores.

Paso 4: pesar el material recolectado y efectuar los siguientes cálculos, donde la suma final no debe superar el 3% del rendimiento cultural, para así estar dentro de los límites tolerables de pérdidas.

• F1 (caña entera) =

• F2 (caña trozada)=

• F3 (caña soplada)=

• F1 + F2 + F3 = total de pérdidas (%).