María Antonia de Paz y Figueroa, más conocida como Mama Antula, se convirtió hoy en la novena persona de nacionalidad argentina en ser beatificada. Esto ocurrió entre casi medio centenar de causas para canonizar a religiosos y laicos que dieron testimonio de su fe o murieron por su fidelidad al Evangelio.
La proclamación de beata de la laica consagrada santiagueña fue impulsada por el papa Francisco, quien el 16 de octubre en el Vaticano también proclamará santo al Cura Brochero, el primer argentino en alcanzar ese honor de los altares. Unas 50.000 personas participaron de este día histórico para Santiago del Estero.
Además del Cura Brochero y Mama Antula, los beatos argentinos son: las monjas Crescencia Pérez, Nazaria Ignacia March Mesa, María del Tránsito de Jesús Sacramentado (Madre Cabanillas) y María Ludovica De Angelis, el coadjutor salesiano Artémides Zatti, la laica Laura Vicuña y el indio mapuche Ceferino Namuncurá.
El único que ostenta la condición de "santo" es Héctor Valdivielso Sáez, aunque no se lo considera totalmente argentino porque el religioso nació en Buenos Aires pero su causa de canonización se inició en España, donde murió mártir junto a otros compañeros de congregación.
Según DYN, entre los procesos más emblemáticos -aunque frenados a pesar del interés político -eclesiástico que conllevan- figura fray Mamerto Esquiú, valorado por ser el relator de la Constitución.
Más recientes son las presentaciones a favor de la santidad del obispo riojano Enrique Angelelli, el cardenal Eduardo Pironio, el sacerdote Carlos de Dios Murias, secuestrado, torturado y asesinado en La Rioja durante la última dictadura militar; los mártires palotinos de San Patricio, Pedro Duffau, Alfredo Leaden, Alfredo Kelly, Salvador Barbeito y Emilio Barletti, y el empresario Enrique Shaw.